El momento de la vuelta a las oficinas se acerca

Es preciso preocuparse de la salud mental de los trabajadores


Una vez el confinamiento comienza a relajarse y se instauran los planes para volver a la oficina es tiempo de cuidar —más que nunca— de la salud de los trabajadores. De su salud física, pero también la mental, que quizás haya salido tocada de la experiencia vivida.


Poco a poco comenzamos a salir a las calles y relacionarnos con otras personas. Y también a compartir espacios en las oficinas. Evidentemente, la vuelta ha de ser escalonada y teniendo en cuenta las medidas de seguridad establecidas para evitar contagios, al menos hasta que no aparezca una vacuna.

Mucho se viene hablando del llamado pasaporte biológico para saber quiénes son inmunes, quiénes lo han pasado ya y quiénes aún no lo han hecho. En este sentido, ya existe una empresa en Europa con licencia CE —Euroinmmun— para identificar a los que ya pasaron la enfermedad y no van a contagiar a otras personas. Al contrario que los ya famosos PCR, esta prueba está pensada para estudiar casos en una fase media o avanzada de la enfermedad.

Pero en la locura de este enemigo invisible, que resulta ser bastante escurridizo, parece que los falsos negativos, la inmunidad vulnerable en la que la protección de este virus parece durar muy poco tiempo y todas las extrañas características de este virus, tengo mis dudas sobre la validez de este pasaporte biológico.

Salud emocional


Como empresa, debemos estar pendientes de la salud física y emocional de nuestros empleados porque readaptarse a la rutina provoca algún conflicto emocional, desde el ya famoso síndrome de la cabaña, hasta el miedo a caer contagiado por tocar cualquier objetivo o simplemente por estar cerca de los que antes eran compañeros.

El objetivo de la empresa es transmitir seguridad tranquilidad y confianza, y en ello se basa la estrategia de la vuelta. Se trabaja desde la empresa para regresar a lo más parecido a una normalidad que podamos conseguir con medidas que eviten nuevos contagios.

Dentro de esta vuelta a la normalidad, debemos incluir también alguna medida emocional. La gestión de las emociones, en este momento de reapertura, están más relacionadas con la necesidad de que el empleado tome conciencia del equilibrio entre una actitud responsable y una lógica tendencia a recuperar antiguos patrones de comportamiento, una actitud a caballo entre la cautela y el “se acabó por fin”, porque no volvemos a la normalidad, estamos aún en el camino. 


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