Por qué es tiempo de reinventarse

Cuando salgamos del confinamiento seremos distintos a como entramos. Es hora de reinventarse

Empezamos a sacar la cabeza después de semanas y semanas confinados. Es tiempo de respirar, de pisar de nuevo la calle —con precaución, eso sí— y también de reinventarnos, porque el mundo al que nos vamos a enfrentar poco o nada se va a parecer al que dejamos antes de confinarnos.


Sí, estamos viviendo momentos únicos, quizás históricos, momentos que nos van a cambiar la vida tal como la conocíamos. Y eso conlleva la necesidad de reinventarse para enfrentarnos a esa “nueva realidad”, que se nos anuncia que será muy diferente a lo que hemos conocido hasta antes de quedar confinados.

La clave está en la resiliencia. Tenemos que ser resilientes, es decir, mantener una actitud positiva ante lo que se nos viene encima. Porque, si bien no podemos hacer nada por cambiar las cosas tal como serán tras el COVID-19 y cómo éste ha modificado radicalmente nuestra manera de vivir y de trabajar, sí por cómo aceptar esos cambios, cómo enfrentarte a ellos. Y eso sólo depende de ti.

Resiliencia, en definitiva. Una habilidad que te permite madurar, crecer como persona y hacerte más fuerte frente a las circunstancias adversas de la vida, superarlas y salir de ellas más fortalecido que antes, e incluso transformado como persona.


¿Crees que no la tienes? ¿Cuántas veces has afrontado situaciones difíciles y las has superado? 

Piensa: un desengaño amoroso, la muerte de algún ser querido, un revés económico o un negocio que no ha funcionado. Y aquí estás, has conseguido salir adelante. ¿Ves como eres capaz de sobreponerte a periodos de dolor emocional y a cualquier trauma? Nadie se libra de reveses en esta vida, tarde o temprano nos llegan sean de la naturaleza que sean.

Y, por delante, una excusa tan bella para tirar hacia adelante como la vida. Por ella merece la pena aceptar los cambios que se nos vienen encima en todo momento —que no resignarnos a ellos, ojo, que eso es muy distinto. Todo con tal de sacar esa entereza que todos llevamos dentro y que nos hace encarar cualquier dificultad sabiendo que todo depende de nosotros; que las cosas pueden ser menos buenas de lo que desearíamos, pero que la respuesta ante ella depende nuestras ganas de seguir adelante, de vivir la vida. 

También es comprensible que en momentos así te asalten las dudas o, lo que es peor, no te veas con fuerzas de seguir adelante. Es comprensible, repito, va con nuestra naturaleza; ese impulso a no aceptar los cambios, a negar la evidencia si ésta es completamente distinta a lo que estábamos acostumbrados a vivir, o simplemente no la esperábamos. 

Todo depende de ti, de tu capacidad de aceptar las circunstancias y de adaptarte a ellas para superarlas.

Resiliencia, en definitiva. 

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