Cuando no es lo mismo estar que trabajar

Estar más tiempo en la oficina no tiene por qué significar ser más productivo en el trabajo. Esto se puede conseguir racionalizando el trabajo y su horario


Según un estudio de Adecco 2019, el 30,8% de las empresas españolas ha detectado prácticas de presentismo. Una práctica con más perjuicios que beneficios para aquéllas.


Este estudio de Adecco lo deja bien claro: el 30,8% de las empresas españolas ha detectado prácticas de presentismo en su día a día. Lo curioso es que el mencionado estudio se centra en el absentismo, y a partir de él hace referencia a uno de sus efectos: el presentismo.

Signos del presentismo

Presentismo que se detecta de inmediato. Si notas alguno de estos signos en tus trabajadores, estás ante uno que sufre sus síntoma, que son los siguientes:

· Permanecer más horas de las establecidas por semana según el contrato.

· No disfrutar de las vacaciones que tiene a su disposición.

· No pedir la baja cuando está enfermo.

· Mala organización del trabajo, falta de formación sobre sus tareas o las herramientas para desarrollarlas.

· Adicción al trabajo.

Y es que es así: quien está más horas de las establecidas en su puesto de trabajo NO PUEDE DESEMPEÑAR SUS TAREAS DE MANERA CORRECTA porque bien no ha descansado, se siente mal o esta enfermo.

Claro que también puede haber otras causas para explicar ese presentismo, como la inseguridad del mismo empleo por culpa de algún expediente de regulación de empleo o de reestructuración de la plantilla, bien por contar con un contrato temporal que el trabajador no sabe si se le va a renovar o no.

En este sentido, el siguiente dato da que pensar: según un estudio de OBS Business School, EL PRESENTISMO HA CRECIDO EN ESPAÑA UN 40% POR MIEDO A PERDER EL TRABAJO.

Y ya sabemos cuáles son las consecuencias del presentismo, ¿verdad?

· Reducción de la productividad.

· Aumento de la cantidad de errores cometidos.

· Incremento del número de accidentes de trabajo.

· Incremento de los problemas de salud física y psicológica.

· Empeoramiento del equilibrio entre vida y trabajo.

Cómo combatirlo

Sencillo, y no es algo que requiera complejos planes ni tampoco actuaciones grandilocuentes. Basta con tomar alguna o algunas de estas medidas: 

· Ajustar la jornada laboral, con pausas y momentos que favorezcan la concentración del empleado.

· Aumentar la flexibilidad. Es decir, Horarios de entrada y salida flexibles, días de descanso, de vacaciones o trabajar desde casa… Más satisfacción del empleado, mayor involucración por su parte.

· Fomentar las relaciones humanas. O lo que es lo mismo: UN AMBIENTE DE TRABAJO POSITIVO que incite a los trabajadores a colaborar entre sí.

·Incentivar hábitos saludables. UN TRABAJADOR SANO RINDE MUCHO MÁS.

· Escuchar al personal, SUS OPINIONES, SUS QUEJAS, etc.

· Ejercer un buen liderazgo Y FOMENTAR UN BUEN AMBIENTE.

¿Sencillo? Pues no lo parece…


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