Ser feliz, una forma de vida en la empresa

Dar los medios para que cada trabajador se desarrolle y desarrolle su trabajo, clave para alcanzar la felicidad

La ecuación es sencilla: empleado feliz = mayor productividad. Lo saben perfectamente las empresas —o, al menos, una buena parte de ellas—. De lo que se trata ahora es de implementar dicha fórmula y hacerla realidad dentro de la empresa.

Problema: ¿cómo hacer que un ideal, pues eso y no otra cosa es la búsqueda y consecución de la felicidad, se plasme en resultados y actuaciones concretas dentro de una empresa? Respuesta: cuestión de cultura.

¿Qué cultura? Una cultura para ser y hacer felices a los empleados dentro de la empresa. Bien, ¿y cómo se consigue eso?

· Poner a disposición del empleado todos los medios que necesite para ser feliz. Si lo es, también lo será cualquier cliente de la empresa.

· Conocer mejor las fortalezas y oportunidades de desarrollo que puede acometer cada empleado. Motivarlo a hacer lo que quiera sin límites y animarle en el objetivo es una manera de acercarle a la consecución del ideal que se persigue.

· Alentar su creatividad, lo que motivará para buscar la innovación en todo momento y buscar la manera de contribuir mejor con el negocio y los ideales de la empresa.

· Animarle a tomar riesgos, siempre que sean calculados, e incitarle en busca de aventuras que redunden en el beneficio de la empresa. Y siempre con la certeza de que se puede salir adelante sea cual sea el desafío a afrontar.

En consecuencia, se trata de crear la atmósfera necesaria dentro de la empresa para conseguir que el empleado se sienta feliz dentro del entorno en el que trabaja. Y un entorno de dichas características, donde tenga todo lo que necesita, tarde o temprano le hará sentirse a gusto dentro de la empresa y trabaja con mayor ahínco que lo hace habitualmente. En definitiva, empleado feliz, empleado que produce más.

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