La pasión en el trabajo de… Walt Disney
Una pasión que le llevó a estar en constante batalla consigo mismo
Adoptado, repartidor de periódicos desde los nueve años, mal estudiante… Todas las trazas de ser considerado hoy en día una persona con trastorno de atención. Y se convirtió en inmortal gracias a su trabajo. Especialmente, por la pasión que ponía a la hora de trabajar.
Hay una frase de Walt Disney que resume su filosofía de trabajo, su manera de ver las cosas: “Ese ratón es mi familia”, llegó a declarar en una ocasión a la hora de referirse a Mickey Mouse. Sin duda, uno de sus primeros éxitos, pero que le quedó marcado muy adentro.
Y es que sólo puede entenderse el éxito de Walt Disney desde el punto de vista de la pasión: la pasión que ponía en todo lo que hacía, y que no tardó en contagiar a todos sus compañeros de trabajo. El resultado: algunas de las mejores obras maestras de la historia de la animación.
¿Cuáles eran los valores por los que se movía a la hora de trabajar? En primer lugar, su perfeccionismo. Walt Disney se preocupaba por los detalles, hasta por el más mínimo. Eso le llevó a generar un ambiente de trabajo envidiable, lo que se tradujo en un aliciente para jugar con la fantasía y llevar la imaginación hasta sus límites. Las películas producidas por su estudio son la mejor prueba de esta manera de trabajar.
Otro de sus valores era la innovación, y en todos los sentidos: en las películas, en los diseños… Y eso le llevó a poner en marcha uno de sus planes más ambiciosos: el parque temático Disneyworld. Ni que decir tiene qué supone dicho parque en la actualidad.
Y una idea fija: quien se quedaba sin trabajo, debía hacer todo lo posible por encontrar su propio camino. Y la mejor manera de hacerlo, estaba convencido, era creando su propia empresa. Nada mejor que defender con pasión toda una ilusión. A él le salió bien. ¿Por qué no va a salir cuando lo que se juntan son pasión e ilusión en el trabajo?
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