Razones para aumentar el bienestar dentro de la empresa

Un mal liderazgo o un mal ambiente laboral son generadores de estrés en el trabajo. Y el estrés conlleva días de baja, bajo rendimiento, etcétera. Problemas que se evitarían con un mejor ambiente. Que quede claro: el bienestar en el trabajo es posible. Al menos si se desarrollan estas estrategias.

Cambian las maneras de trabajar, y también lo hacen los hábitos, las costumbres. Y eso da lugar a enfrentamientos. Enfrentamiento entre los que están acostumbrados a trabajar de una forma -las generaciones anteriores a la proliferación de la tecnología- y los que hacen de la tecnología su razón de ser y casi de existir. ¿El resultado? Mal ambiente, estrés, bajas…

Y si a todo lo anterior le añadimos un mal liderazgo, con un jefe que no se entera de la misa la media o bien que hace oídos sordos a todo lo que ocurre a su alrededor, o incluso se encarga él mismo de fomentar el mal ambiente con sus decisiones, tenemos el cóctel perfecto para generar el mal ambiente en la oficina.

Por ello, Forbes ha desarrollado 6 estrategias que pretenden ayudar a los líderes a generar las actuaciones adecuadas para generar un buen ambiente en el trabajo. El objetivo es reducir el desgaste laboral y, en la medida de lo posible, erradicar el estrés.

· Si existe un problema, reconocerlo. A ello puede ayudar el cuestionario ‘Maslach Burnout Inventory’. Se trata de una escala que, con una fiabilidad del 90% y una duración de entre 10 a 15 minutos, conforman 22 afirmaciones relacionadas con los sentimientos y actitudes del profesional. Su función es clara: medir el desgaste profesional. El cuestionario mide los 3 aspectos del síndrome del ‘burnout’: cansancio emocional, despersonalización, realización personal. Con respecto a las puntuaciones, se consideran bajas si éstas se encuentran por debajo de 34.

· Usar el liderazgo de manera racional y para mejorar el rendimiento de los trabajadores. Según como lo use el líder será mayor o menor el desencanto de los trabajadores de la empresa.

· Es esencial motivar al equipo. Y eso supone desarrollar técnicas que tiendan a fortalecer la relaciones entre los compañeros o potenciar la autonomía de cada uno de ellos. Todo ello con el objetivo de genera una retroalimentación correcta que se transforme en un mejor ambiente laboral.

· Asignar a cada uno la tarea que le compete evitando desigualdades a la hora de trabajar o que generen esa sensación entre los compañeros y que, al final, derivan en el consiguiente mal ambiente laboral.

· Posibilitar que los trabajadores se integren en la vida de la oficina. Y eso implica poner en marcha políticas de conciliación de la vida laboral y personal, o bien flexibilizar los horarios. Incluso, puede ser bueno recurrir a prácticas como el teletrabajo.

· Promover la resiliencia entre los trabajadores para prevenir el desgaste y fortalecer a las personas desde un punto de vista emocional. Y eso sólo es posible si lo promueve un liderazgo fuerte y tenaz.

FUENTE: Equipos y Talento

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