PILDORA 1: Ser o no ser… proactivo en el trabajo, he ahí la cuestión.
Seguro que tienes asociada una idea positiva a la proactividad y una negativa a la reactividad, pero a veces lo dudas, y mucho…
Aportar es una palabra mágica. Cuando aportas ideas o ilusión a un equipo de trabajo, cuando contribuyes activamente a encontrar soluciones a los obstáculos diarios, incrementas el éxito común y mejoras tu bienestar personal.
Las personas reactivas prefieren quedar en un segundo término, aceptar lo que otros decidan, para quejarse inmediatamente cuando el resultado no sea el esperado.
¿Has pensado cómo te sientes cuando pones toda tu ilusión en un proyecto, expresando ideas, ayudando, y luego no te sientes recompensado por la razón que sea? Pongamos “no han aceptado mi idea y yo sé que es muy interesante”, o también “he trabajado en este proyecto mucho tiempo y ahora es mi jefe quien se pone la medalla…”. Hay mil ejemplos. En ese momento de la película, lógicamente, te planteas si merece la pena ser proactivo.
Pues bien, merece la pena, sólo que tienes que darle la vuelta y dirigirlo hacia ti.
a) Acepta que no siempre vas a tener la mejor idea. Sé humilde, respetuoso y agradecido con las otras personas del equipo. El balance debe ser más global.
b) Decide si te aporta algo centrar tu atención en lo que los demás hicieron o dejaron de hacer. Céntrate en ti mismo y en tus buenas sensaciones porque no puedes controlar lo que los demás hagan. Siéntete bien por el reconocimiento general.
c) Cuando te centres en ti el entorno cambiará, te lo aseguro. Las personas reactivas suelen cambiar y tener mayor disposición a colaborar cuando se sienten aceptadas.
En resumen, ser proactivo enriquece tu vida laboral. Acepta que no siempre elegirán tus aportaciones y disfruta del reconocimiento personal o general, centrándote en tu disfrute personal en el trabajos.
Escríbenos para sugerir, preguntar, aportar o lo que quieras a: info@emotionhr.com.
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