El optimismo se contagia

No, no es ninguna tontería; es una forma más de fomentar tu crecimiento personal. Ser optimista se traduce en una gran cantidad de beneficios para tu forma de ser, sí, pero también para tu cuerpo. ¿Quieres saber cuáles? Te los contamos a continuación.

Ser optimista está lleno de cosas buenas para ti. De hecho, los pensamientos crean actitud, y una actitud positiva te permite ver la vida de otra manera, las cosas de otro color, e incluso hasta tomarte la vida con otra filosofía. Por eso es tan importante que te crees emociones positivas una y otra vez y cuanto más tiempo te duren, mejor que mejor. Por estas razones:

· Ser optimista fortalece el sistema inmunológico de una persona, ya que le permite genera más anticuerpos en la sangre, con todo lo que eso conlleva.

· Reduce el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.

· Reduce el riesgo padecer depresión gracias a los pensamientos positivos que llenan nuestra mente.

· Permite encontrar soluciones a los problemas, ya que ser optimista hace que te centres más rápidamente en los problemas a resolver, por lo que estarás en condiciones de encontrar soluciones más rápidas y efectivas para dichos problemas.

· Aumenta la autoeficacia, por lo que cualquier reto pensarás que está a tu alcance y que puedes alcanzarlo por mucho que te cueste.

Y lo más importante de todo: el optimismo se contagia. Si los demás te ven radiante y feliz, y además lo transmites, querrán ser como tú, estar cerca de ti en todo momento, y hasta imitarte. Se trata de ser un ejemplo para los demás, de decir a todos lo que quieran escucharte que la vida dura cuatro días y, a pesar de todo, hay que bebérsela de un trago siempre que se pueda. 

¿Ves como ser optimista está lleno de beneficios? ¿Por qué no empiezas a serlo desde ahora mismo? 
Y si necesitas ayuda, déjanos echarte una mano. ¡Nos encanta hacerlo!

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