Consejos para superar el síndrome postvacacional

Fin de las vacaciones. Vuelta al trabajo, a la rutina. El despertador vuelve a ser tu gran enemigo, ese que olvidaste durante las últimas semanas y las caras de siempre son eso, las caras de siempre, las que tienes ahora delante. Depresión, sin más. ¿A que te sientes así? Vamos a ver si conseguimos levantarte el ánimo con una serie de consejos.

El fin de las vacaciones supone el regreso a la rutina, al día a día. Supone dejar atrás el descanso, las tardes de playa o de piscina, las cervezas con los amigos sin importar las vueltas que den las manecillas del reloj, para reencontrarse con los compañeros de oficina, con que las manecillas del reloj sí que importan y vuelve a ser ese instrumento diseñado para hacerte la vida imposible. La vuelta a la rutina, en definitiva. Lo peor. Que es cuando aparece el tan temido síndrome postvacacional. 

¿Cómo se le vence?

Es posible que ya lleves unos cuantos días trabajando y que, con suerte, lo hayas mitigado, pero si eres de los que comienza a trabajar el día 1, entonces hemos llegado a tiempo. Por eso queremos ofrecerte una serie de consejos que te permitirán sortear tan temido síndrome.

Lo primero de todo, entra poco a poco en la vorágine del trabajo. Y eso supone repartir tareas, no cargarte de cosas desde el primer momento. Separa lo importante y urgente de lo que no lo es. Así evitarás agobiarte, porque del agobio a experimentar los síntomas del síndrome postvacacional sólo hay un paso.

En la medida de lo posible, retoma el contacto con amigos y familiares que no viste durante las vacaciones. Programa con ellos diversas actividades de ocio, que te ayudarán a no dedicarte exclusivamente al trabajo.

¿Crees que has regresado de vacaciones con unos cuantos kilos de más? Haz algo de deporte y cuida un poco más la alimentación. ¡Y evita el café o el alcohol en la medida de lo posible! Que sólo sirven para agravar la apatía y abrir la puerta a la apatía y al estrés.

Y para las próximas vacaciones, dos consejos básicos que te permitirán regresar con más fuerza y menos tendencia a sufrir ese síndrome: no te cojas muchas. Divídelas en periodos cortos a lo largo del verano en lugar de disfrutarlas de golpe. Así el regreso no se te hará tan duro: y deja hecho todo lo posible para que, a la vuelta, el número de tareas a realizar sea el mínimo posible.

¡Y ánimo! Que ya queda menos para las próximas vacaciones ;)

FUENTE: Autobild

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