Siempre hay que levantarse para caminar hacia delante

Todos tenemos en las retinas las imágenes de los jugadores del Atlético de Madrid tras perder la final de la Champions League ante el Real Madrid; también las de sus seguidores. Y lo que también recordamos son las palabras de aliento de los segundos hacia los primeros y las promesas de éstos de levantarse lo antes posible y seguir caminando. No hay otra lectura cuando la adversidad nos asesta un revés. Lo contrario es hundirse más, y eso a la larga conduce a la autodestrucción.

Último penalti de la final de la Champions League. Cristiano Ronaldo transforma su disparo en gol y el Real Madrid se proclama por onceava vez -como algún jugador de su plantilla afirmó tras el partido- campeón de Europa. Enfrente, los jugadores del Atlético de Madrid completamente derrotados; se les acababa de escapar otra final de Champions. Abatidos, entre todos ellos destacaba la figura del lateral Juanfran, deshecho en lágrimas; él fue quien falló el penalti que puso en bandeja la victoria del Real Madrid. Juanfran se acercó al fondo donde los cariacontecidos y tristes seguidores del club rojiblanco contemplaban la escena. Con lágrimas en los ojos les pedía perdón por el fallo cometido y los seguidores le devolvieron un enorme aplauso. Es uno de los suyos, y así le animaban a seguir adelante después de la oportunidad perdida.

Porque las oportunidades se van para no volver, cierto, pero una oportunidad perdida es una puerta abierta a otra nueva, y cuando eso ocurre sólo queda afrontarla con el ánimo cargado de optimismo y la fuerza de la voluntad, dispuesta a tirar para adelante sin importar el destino ni sus consecuencias. Juanfran lo advirtió tras perder la primera final hace dos años. “Volveremos”, dijo en aquella ocasión. En la segunda volvió a decir lo mismo e incluso con más fe que la primera. Porque ésa es la única manera de afrontar las adversidades. Llegan, y conforme pasan hay que pensar en cómo las olvidaremos para dar paso a un nuevo objetivo que nos llene e impulse en la búsqueda de nuevos objetivos. No podemos quedarnos de brazos cruzados y lamentándonos por la ocasión perdida, sino que debemos mirar al futuro y proponernos la meta que queremos batir, y hacerlo con ganas. Todo lo que sea hundirse, no ver el futuro con ilusión o asistir pasivamente a lo que la vida nos trae después de una situación adversa es abrir la puerta a la autodestrucción para que haga con nosotros lo que le plazca. Y ninguno está dispuesto a abrirle la puerta, ¿verdad?

Caemos y nos levantamos, buscamos de nuevo el objetivo y luchamos por él sin importar las consecuencias, con fe y determinación. Igual que los jugadores y aficionados del Atlético de Madrid, que saben que más temprano que tarde verán recompensadas sus ilusiones y encaran la adversidad con los ojos de quienes nunca se rendirán hasta conseguirlo. Actitud, que se le llama también. 

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