Y a ti ¿cuánto te pagaron por renunciar a tus sueños?

¿Crees que en algún momento renunciaste a tus sueños por un empleo “normal”?

Todos nosotros tenemos nuestro talento natural, aquello en lo que somos realmente buenos. Cuando dedicamos nuestro tiempo a desarrollar las cosas que están en nuestra esfera de talento (natación, tocar el saxo, estudiar e investigar sobre el Imperio Romano, cocinar… lo que sea) nos sentimos bien, la vida fluye. Se llama FLUJO y fue definido por Mihaly Csikszentmihalyi en su libro FLOW (kairós, 1997). Ese estado de flujo nos produce bienestar intrínseco, felicidad…

Siempre se dice que alguien es afortunado porque “le pagan por hacer lo que más le gusta…” Ese es exactamente el quid de la cuestión. Si renuncias a dedicarte a aquello que te hace feliz por miedo –no olvides que las excusas que te pones no son otra cosa que miedo (no va a aportarme suficiente dinero, no soy suficientemente bueno, es muy difícil…)- y escoges un trabajo que no te interesa en absoluto, ¡estás literalmente recibiendo dinero por renunciar a tus sueños!

Tú decides si prefieres la seguridad y el dinero en lugar de sentir vitalidad e ilusión en tu trabajo. O lo que es lo mismo, que te paguen por hacer lo que más te gusta

Usted tiene una oportunidad Bob, usted puede renacer… (Up in the air 2009)


En ocasiones vivimos un acontecimiento excepcional que nos hace sentir desgraciados, que nos paraliza, que nos produce miedo e incertidumbre. Ése es el momento en el que se despliega la totalidad de las posibilidades. Ese es el momento de “renacer”, es la oportunidad que la vida nos trae para que la recuperemos, para que recuperemos nuestra vida, para que volvamos a escoger, esta vez sintiendo y no pensando, con el corazón y no con la cabeza.

Si aún estás a tiempo, no decidas con miedo. Decide con el corazón.

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