¿Autoestima? Sí, no egocentrismo

Sentirte bien es fundamental para andar por la vida con la cabeza bien alta, para afrontar todo lo que te venga y salir airoso de cualquier envite. Autoestima, pero no egocentrismo. Porque la raya que separa una del otro es tan fina que, sin darte cuenta, puedes caer en el segundo…

Nathaniel Branden lo dijo bien claro: “Las personas con alta autoestima no necesitan sentirse superiores a los demás, no necesitan compararse con los demás. Su alegría radica en quienes son y no en tratar de ser mejor que los demás”. Sí, la autoestima. Fundamental para cualquiera de nosotros. Siempre lo ha sido y ahora lo es más por el simple hecho de que conocemos y manejamos mucha más información. Y la autoestima afecta a nuestra toma de decisiones, a nuestra manera de relacionarnos con los demás, a cómo vemos la vida. 

Branden estudio a fondo la esencia de la autoestima. Tanto, que no dudó en decir, entre otras cosas, que es la confianza en nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos básicos de la vida. Y lo más importante: en el derecho que todos tenemos de ser felices. Porque merecemos gozar de amor, de éxito, de felicidad. ¿Te va sonando? Según esta definición de Branden, la autoestima iría más allá de sentirnos bien, de valorarnos lo suficiente como para afrontar la vida tal y como es y con la confianza necesaria para hacerlo con garantías. Y eso deriva en otra interpretación de la autoestima. ¿Cuál? Que seamos mejores que los demás porque es, a la larga, mejorará nuestra autoestima. 

Y la culpa la tendría esta sociedad en la que vivimos. Una sociedad competitiva, ¿verdad? La que exige que seamos competitivos, que seamos mejores que los demás, lo que deriva en un sentimiento de felicidad por haber conseguido nuestros objetivos. En definitiva, sentirnos mejores y a gusto con nosotros mismos a costa de los demás. ¿Autoestima o egocentrismo? Una fina barrera es lo que separa a ambas.

Porque no se puede llamar autoestima a la competición que se establece para conseguir determinados objetivos, en compararnos con los demás con el propósito de superarlos y convertirnos en los mejores, lo que daría lugar a una falsa autoestima que para nada lo es, sino más bien un egocentrismo camuflado. No confundas autoestima con altanería o arrogancia, ni tampoco con la anulación de la persona sometida a una falsa modestia. Autoestima es ese sentido de confianza relacionado con nuestro interior, el que nos dice que, pase lo que pase, siempre seremos capaces de hacer frente a lo que ocurra; y que es nuestra mente y lo que pensamos lo que determinará la felicidad y bienestar que gocemos. Autoestima que nos otorga fortaleza, energía y motivación para enfrentarnos a lo que venga, y que nos sintamos satisfechos de forma real.

Pero nunca usar la autoestima para superar a los demás.

Y si necesitas alguna aclaración al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Comentarios

Entradas populares