Tanto dinero ganas, tanto eres de feliz

¿Cuántas veces has oído eso de que el dinero da la felicidad? Sí, puede que así sea, que ganar un buen sueldo, por no decir un gran sueldo al mes, te convierta en una persona más feliz. Pero ¿trasladas esa felicidad tu alrededor? ¿Sientes que esa felicidad que tanto te embarga también se respira fuera de ti? Si no es así, entonces tienes un problema: no eres realmente feliz.

Que conste que todo esto no me lo estoy inventando, sino que es resultado de un estudio publicado recientemente por la Asociación Estadounidense de Psicología. Su conclusión es palmatoria: “Un ingreso más alto tiene muchos beneficios, incluida la mejora de la salud y la satisfacción con la vida, pero ¿se asocia con una mayor felicidad?”, explica Paul Piff, autor principal de dicho estudio.

Conclusión, la del estudio, que no deja lugar a la duda: quienes ganan más dinero tienden a experimentar emociones positivas, sí, pero centradas en ellos mismos. En cambio, los que ganan menos disfrutan más de sus relaciones y de la capacidad de conectar con los demás.

Y no te creas que en el estudio participaron 1, 2 o sólo 3 personas, no. ¡Hasta 1.519! Personas a las que se les preguntó por sus ingresos y que respondieron a una serie de preguntas destinadas a medir su tendencia a experimentar siete emociones distintas consideradas como el centro de la felicidad. Esto es: diversión, pavor, compasión, satisfacción, entusiasmo, amor y orgullo.

¿Qué informaron los participantes en el extremo superior del espectro socioeconómico? Satisfacción, diversión, orgullo. O lo que es lo mismo, una mayor tendencia a experimentar emociones centradas en ellos mismos. ¿Y los del extremo opuesto? Todo lo contrario: emociones centradas en otros tales como la compasión y el amor.

En consecuencia, “la riqueza no está inequívocamente asociada con la felicidad”, vuelve de nuevo a decir Paul Piff, quien prosigue: “La riqueza nos predispone a diferentes tipos de felicidad. Así, mientras las personas más adineradas pueden encontrar una mayor positividad en sus logros individuales y en su estatus, las menos adineradas parecen encontrar más positivismo y felicidad en sus relaciones, así como en su capacidad de cuidar a los demás y conectarse con ellos”.

FUENTE: Quo

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