Claves de la desmotivación de los empleados

Sea por lo que sea, tarde o temprano un empleado se desmotiva. Puede pasar más o menos tiempo, pero es algo que termina por llegar. Ahora, ¿por qué esa desmotivación? ¿A qué se debe? Existen tres causas para explicar el origen de la desmotivación.
Desmotivación, rutina, monotonía. Cosas que tarde o temprano aparecen en un empleado, y eso conduce a una bajada de su rendimiento. Efectos negativos que, según la implicación del empleado, podrían afectar a otros tantos, y eso sí que sería un gran drama para la empresa.

¿Qué hay que hacer? Evitar que se produzca, reconocer los primeros indicios. ¿Cuáles? Los siguientes:

· Hacer la misma cosa durante un largo periodo de tiempo deviene en desmotivación. Aunque esa cosa sea productiva y mantenga ocupado al empleado, termina por afectar a su estado de ánimo. ¿Cómo solucionarlo? Planteando nuevos retos, delegando actividades en otra persona capaz de asumir las tareas que desmotivan al empleado que ha entrado en una rutina negativa. De esta manera, aquélla también se sentirá nuevamente motivada, lo que afectará de manera positiva al resto de la plantilla.

· Fijarse demasiados objetivos que no pueden alcanzarse se puede volver de manera negativa en contra del empleado que se los ha fijado. La frustración por no poder cumplirlos abre las puertas a la desmotivación. Que se puede evitar estableciendo retos a corto plazo o accesibles, o bien buscarse apoyos que den un impulso al entusiasmo del trabajador que lo ha perdido.

· Las emociones, como hemos dicho en más de una ocasión, son fundamentales. Y el simple hecho de alargar las jornadas de trabajo se traduce en cansancio físico, mental y emocional. Controlar las emociones se traduce en un equilibrio de las emociones del trabajador con el objetivo de mantenerlo activo, sí, pero motivado. Que es lo que importa.

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