Píldora de la felicidad 2: simplifica tu vida

¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo eso de que no puedes con tu vida? Sí puedes con ella. Todo es cuestión de que hagas bien lo que puedas abarcar; y lo que no, sencillamente, no lo hagas. Simplifica tu vida. ¿Sabes cómo puedes hacerlo? Te lo explicamos a continuación.

Antes de empezar, ¿te has perdido nuestras dos primeras píldoras de la felicidad? Antes de empezar a leer puedes tomarlas a tu ritmo:
· Píldora 1

Ahora ya puedes tomar la segunda píldora para ser feliz ;-) Y es esta:

Durante años entrevistamos a gente venida de todas las partes de España en busca de un empleo en Madrid porque en ello consistía nuestro trabajo. Solíamos preguntarles qué les parecía la capital para que se relajaran y hablaran de cosas triviales antes de entrar en materia. En muchas ocasiones respondían que les llamaba mucho la atención la “prisa” que todo el mundo tenía.


Habitualmente vivimos en un constante estrés porque sentimos que nos “falta tiempo”. Teniendo en cuenta que el tiempo es una constante y no se puede alargar, la única posibilidad de la que disponemos para eliminar el estrés es hacer menos cosas al cabo del día. Esto es, simplificar nuestra vida. 

Cuando vivimos en un ritmo desenfrenado hacemos muchas cosas a lo largo del día, pero no siempre nos sirve para conseguir un mayor rendimiento en el trabajo. Esto es porque no se trata de la cantidad de trabajo que hacemos, sino de la calidad. Desde nuestro punto de vista, somos más eficientes si hacemos lo que de verdad importa. La eficiencia consiste en enfocarnos bien en lo que realmente es importante: priorizar adecuadamente. Para ello, debemos elaborar una agenda donde sólo quepa lo urgente e importante y desechar lo demás.

Pero además de conseguir ser más eficientes, cuando simplificamos la jornada tenemos tiempo de disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen feliz: escuchar música, disfrutar de una tarde de sol, volver a casa caminando o disfrutar de un baño relajante. Y lo más importante, que el día transcurra sin prisa, sin la sensación de no llegar, concentrados en todo eso que constituye nuestro foco, disfrutando.

Nuestra vida es estresante porque nos autoimponemos una agenda imposible. Compramos muchos objetos (electrodomésticos, dispositivos, etc.) que nos permiten “ahorrar tiempo” y cuando hemos conseguido ahorrarlo, llenamos los huecos resultantes con más cosas y volvemos al punto inicial. No hay manera de librarnos de la presión del tiempo sin un cambio de mentalidad.

Simplificar nuestra vida es tomar decisiones racionales sobre lo que de verdad tiene importancia. Es importante no permitir que las cosas que realmente son importantes para nosotros, como dedicar un tiempo a escuchar a nuestro hijo o compartir una actividad deportiva o de ocio con nuestra pareja, desaparezcan de nuestra agenda porque tenemos que hacer muchas actividades que permitan que la “máquina compleja” en que hemos convertido nuestra vida pueda continuar funcionando.

Resumen. Procedimiento para simplificar la jornada:

1. Analiza tu agenda diaria, evita que sea estresante o incluso imposible de realizar, prioriza. Al finalizar la jornada fíjate en lo que SÍ has hecho y no en lo que NO has realizado.

2. Baja el ritmo físico de trabajo. Realiza las tareas que tienes programadas con calma, disfrutando de lo que haces, sea lo que sea, empleando toda tu atención, y si tienes que eliminar actividades hazlo si no son absolutamente necesarias.

3. Introduce paradas en las que te regales minutos de relax. Sal de la oficina y camina 15 minutos, aunque tengas mucho trabajo. Al volver probablemente tu mente esté en calma y se te ocurra aquella idea que estabas buscando.

4. Compatibiliza todo lo que puedas tu vida personal y tu profesional.


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