El cerebro como base de la bondad
Las estructuras del cerebro, responsable de las emociones, pueden cambiar en muy pocas horas
El cerebro sigue deparándonos sorpresas de gran calado. Como, por ejemplo, conocer que sus estructuras pueden cambiar en un par de horas, como mucho. Y según cómo funcionen nuestros circuitos cerebrales, así se manifestarán unos sentimientos u otros.
Richard Davidson es una de las mayores eminencias en neurofelicidad. Profesor de Psicología y Psiquiatría, centra sus investigaciones en las bases neuronales de la emoción y los métodos para promover el florecimiento humano desde la ciencia, incluyendo la meditación y prácticas contemplativas. Investigaciones y estudios que ya han demostrado muchas cosas.
Todos sabemos que el cerebro es nuestro órgano más complejo. Así, a modo de ejemplo, los circuitos neurológicos que llevan a la empatía o a la compasión son completamente distintos. De hecho, y como reconoce Davidson, la ternura y la amabilidad se pueden entrenar a cualquier edad. Incluso en los niños, una vez estimulada, los lleva a mejorar sus resultados académicos, bienestar emocional y su salud.
También los estudios llevados a cabo por este profesor concluyen que la compasión nos capacita a movernos, a aliviar el sufrimiento de quienes nos rodean. Es decir, la zona motora del cerebro se activa una vez le llega la información a través de los circuitos neuronales de la compasión.
En consecuencia, el cerebro se puede entrenar para lo que queramos conseguir. Como la bondad. Pues ésta es la base de un cerebro sano, y su entrenamiento científico es lo que nos impulsa a desarrollar aquel sentimiento en aras a los demás. Todo es cuestión de investigar, analizar y aplicar. De manera práctica, en suma, y con rendimientos y resultados efectos.
En definitiva, para ser mejores personas de lo que somos o creemos ser.
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