FIKA o cómo agradecer la ayuda que te prestan

Sí, el trabajo es un coto cerrado donde, salvo en algunas ocasiones, es difícil cultivar la amistad. Pero ¿y agradecer una ayuda recibida o un gesto que han tenido contigo? Es parte de lo que los suecos llaman Fika y se traduce en un aumento de la productividad, entre otros beneficios. ¿Qué cómo lo puedes hacer? Déjame darte algunos consejos.

Vaya por delante que con este post no pretendo que te vayas todos los días de copas o a comer con un compañero o compañera porque te brindó una ayuda que te sacó de un apuro en el trabajo. O sí. Quién sabe. La amistad y sus inescrutables caminos. 

Pero lo que sí pretendo es que, de alguna manera, tú y esa persona tengáis una relación cordial, al menos, en el trabajo, donde pasáis bastantes horas al cabo del día y apenas intercambiáis alguna palabra; y esas palabras que se intercambian no suelen pasar del “hola, buenos días” y poco más.

Sucede que, en un determinado momento, esa persona te ve en un apuro en el trabajo y decide echarte una mano. ¿Razones? Cualesquiera, que hay muchas y diversas, pero lo hace. Una ayuda que te viene de perlas para salir del atolladero en forma de marrón del jefe, problema enquistado con un cliente, etcétera.

¿Y por qué no agradecer esa ayuda recibida? ¿Qué te cuesta invitar a esa persona a un café, a comer, a lo que estimes oportuno? Un gesto sin más, de cara a la galería, podrías pensar, pero que la otra persona recibirá de sumo grado. Puede que lo acepte, o puede que no, pero lo que puedes tener seguro es que te lo agradecerá.

¿Qué ganas con eso? Que esa persona que, puede que antes pasara desapercibida para ti o no te prestara atención, te vea con otros ojos a partir de ahora. Y no sólo eso, sino que seguramente, si te ve de nuevo en un apuro, no durará en prestarte su ayuda. Así ganáis todos, y también la empresa, que tampoco está de más.

Otra manera más de disfrutar de esa excelencia que se gastan los suecos para hacer más llevadera y productiva su jornada laboral llamada Fika.