Felicidad: la efectividad del bienestar en la empresa
La felicidad es contagiosa, y se puede contagiar a los demás. Y lo más importante de todo: es uno de los activos más valiosos para cualquier empresa.
La felicidad debería ser un patrimonio para cualquier empresa. Por los valores que ofrece y por los beneficios que recibe la empresa cuando sus trabajadores son felices. Existen varios autores y organizaciones que miden el efecto de la felicidad en las empresas, entre ellos Shawn Achor, experto en Psicología Positiva de la Universidad de Harvard; Nick Marks, autor de la medición The Happy Planet Index; Harvard Bussiness Review; Gallup, La Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo; y el IEPP, entre otros. Su cometido consiste en realizar investigaciones basadas en la Psicología Positiva.
Asimismo, la felicidad es contagiosa; si yo soy feliz se la voy a contagiar a otras personas y puedo moverme en el rango más alto de mis capacidades. Este desempeño se logra al generar endorfinas, que ayudan al cerebro a potencializar sus capacidades.
Shawn Achor afirma que las personas felices en el trabajo son más saludables, más comprometidas y más productivas. Y es que un lugar de trabajo que promueve la felicidad atrae el talento clave, permite mayores niveles de creatividad fomentando la innovación y permite un mejor servicio al cliente a la vez que baja los índices de rotación. Y por supuesto, es más divertido para quienes lo vivimos día a día.
La felicidad aumenta directamente la capacidad de desempeño de los trabajadores, lo cual implica una mejora en los índices de gestión de la organización tales como la productividad, los niveles de rotación y rendimiento.
En conclusión, la felicidad es un activo muy valioso para la empresa.
Fuente: IEEP 2015
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