Malos tiempos para el optimismo… O no

En tiempos de coronavirus y de sus repercusiones, a cada cual más catastrófica, siempre hay una ventana a la que asomarse y ver la vida con otros ojos. Con ojos más optimistas


Contagios, muertos, confinamiento. Palabras que ya forman parte de nuestro acervo y que tardaremos en olvidar. Son consecuencia de una situación que nunca hemos conocido y que pasará a la historia —y nosotros con ella—. Una situación que hunde el ánimo y provoca no pocas congojas. O no. Todo depende de con qué ojos la miremos.


¿Recuerdas la escena final de La vida de Bryan, la excepcional película de aquellos chiflados ingleses que eran los Monty Python? Un montón de personas crucificadas esperando su muerte. Entre ellas, el propio Bryan. A su lado, uno de aquellos desgraciados que, en lugar de lamentar su suerte y el destino que le espera, decide arrancarse a cantar que siempre hay que mirar el lado positivo de la vida. Lo canta un hombre que sabe que va a morir de una manera lenta. Aun así, no quiere dejar de ver la vida con esos ojos que sólo la ven de colores cuando otros la ven de otra manera, más oscura.

¿Te estoy diciendo con esto que has de mirar toda esta situación de la misma manera que lo hace el actor de la película? Lo que pretendo decirte es que no te dejes doblegar por la situación que vivimos, nada más.

Eso es lo quiero/me gustaría que hagas/hicieras.

¿Por qué? Respóndete a estas preguntas:

· ¿Acaso ganas algo, ya que no hay más remedio que estar encerrados en casa, que hacerlo con el convencimiento de que tarde o temprano todos nos vamos a contagiar? Te recuerdo que las cifras de contagiados y fallecidos descienden en los últimos días; y si sales a la calle y cumples las normas básicas de higiene, no tiene por qué pasarte nada.

· ¿Sirve de algo que te preocupes por qué vendrá después cuando nadie, ni siquiera los mayores expertos en cada materia, saben qué ocurrirá? Entonces, ¿por qué preocuparse de algo que nadie sabe cómo va a ser?

· ¿Qué tienes que perder si decides afrontar la situación como aquel personaje de la película, esbozando una sonrisa, y no dejándote llevar por el pesimismo? Además, ¿sabías que las personas con mejor estado de ánimo, aquellas que sonríen o ríen con frecuencia o bien se toman las cosas con naturalidad, sin dejarse llevar por miedos ni el pánico, gozan de mejores defensas inmunológicas?

Entonces, ¿de qué sirve dejarse llevar por el pesimismo cuando lo mejor es encarar esta situación con una sonrisa? Porque, cuando todo hace pensar que estos que vivimos no son los mejores tiempos para el optimismo, precisamente, sí que lo son. 

Ser optimistas nos hace ser más fuertes, incrementa nuestra resiliencia, nos hace ver las cosas de una manera más lúcida. 

Ser optimistas es algo que se contagia a quienes están a nuestro alrededor creando una atmósfera no artificial, sino real. Porque, si te das cuenta, todos hablan de posibles catástrofes económicas cuando regresemos poco a poco a la normalidad. Pero ¿qué clase de catástrofes?

Nadie lo sabe. Repito: NADIE LO SABE.

En consecuencia, ¿por qué dejarnos llevar por el pesimismo cuando podemos hacer todo los contrario, sonreír a la vida y buscar siempre su lado más brillante.

Todo depende de ti.

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