Espacios de trabajo saludables para trabajadores felices

Un espacio de trabajo saludable se traduce en una serie de beneficios que redundan tanto en la empresa como en sus trabajadores

Los tiempos cambian y con ella la manera de trabajar. Si antes importaban los resultados, también ahora pero con un añadido más: que el trabajador se sienta a gusto con el lugar donde trabaja y lo que en él se le ofrece para desempeñar sus tareas.


En el año 2012, la compañía Incentro, una firma holandesa relacionada con las TI, decidió que la felicidad de sus empleados sería su prioridad número 1; un lugar donde trabajar resultara agradable y que atrajera tanto a jóvenes con talento como a los ambiciosos por conseguir sus objetivos desde un punto de vista laboral.

Una estrategia que supuso toda una revolución tanto en la manera de trabajar como de tratar a los empleados. Así, por un lado, éstos trabajan en células —en número no superior a 60—, cada una de manera independiente; y, por otro, cada trabajador organiza su propio trabajo, participa en las decisiones más amplias de la empresa e, incluso, decide su propio salario. “Todo ello como consecuencia de introducir un único indicador clave de rendimiento: la felicidad del empleado”, según su director ejecutivo, John de Koning.

Felicidad = mayor rendimiento laboral

Jan-Emmanuel de Neve, profesor de la escuela de negocios Said de la Universidad de Oxford, cifra entre un 7 y un 12% el aumento de la productividad como consecuencia del desarrollo de políticas de felicidad dentro de la empresa; y diversos estudios incrementan aquellos porcentajes hasta alcanzar cifras del 60-80% en lo que al aumento de la productividad se refiere.

Cifras para combatir la evidencia: 1 de cada 4 trabajadores asegura no ser feliz en su trabajo si nos atenemos a los resultados de la VII encuesta elaborada por Adecco para medir el clima laboral.

Lo cual es sencillo de alcanzar. Lo único que se necesita es contar con el convencimiento para poner en marcha una estrategia de estas características dentro de cada empresa. Basta con poner en práctica algunas —o todas. Por qué no— de estas características:

· Promover el movimiento dentro de la oficina, con espacios para fomentar la interacción entre los trabajadores y que no pasen tanto tiempo sentados; a lo que hay que unir la distribución de las funciones de trabajo y la tecnología para impulsar dicho movimiento. El resultado es una cultura de trabajo más energizada y vibrante.

· Un espacio de trabajo pensado para los empleados, que facilite su interacción, la colaboración, lo que beneficia a su salud mental. Áreas informales como cafés o espacios informales para incentivar el descanso ayudan a que relajen, pero también generan colaboración interdisciplinar.

· Y lo más importante de todo: luz natural. Un estudio de la Universidad Northwestern afirma que quienes trabajan en oficinas con más luz duermen más tiempo y con un sueño de más calidad. Es más: dichos trabajadores gozan de mejor calidad de vida y desarrollan una mayor actividad física que quienes tienen acceso limitado a la luz natural.

Por consiguiente, consejos que, puestos en práctica, se traducirán en beneficios para las empresas una vez sus trabajadores comiencen a disfrutarlos.