Por qué a la empresa la conviene un entorno positivo de trabajo

Un buen entorno laboral y contribuye a mejorar la producción en equipo y consigue que sus miembros estén más comprometidos

¿Cuál es el objetivo de toda empresa sea cual sea su tamaño? Que su entorno de trabajo sea el mejor posible. Eso redundará de manera positiva en la producción y asimismo en cada uno de sus miembros. Porque un mal clima laboral lo destruye y, lo que es peor, hace que la productividad se resienta.

¿Entornos de trabajo positivos? Siempre. Negativos, nunca. Razones hay muchas, pero de lo que nadie duda es de que los primeros se traducen en grandes beneficios para las empresas, mientras que los segundos pueden poner en peligro su propia existencia.

Lo bueno

Está claro que un buen ambiente de trabajo se traduce en beneficios para la empresa. Por poner varios ejemplos, contribuyen a una mejor producción del equipo y logra que sus trabajadores estén más cohesionados. En consecuencia, el resultado es el obvio: satisfacción de los empleados, incremento de su rendimiento y, por ende, también de la satisfacción de sus empleados. Algo que debería ser normal en toda las empresas, pero…

Lo malo

Pero no, porque todavía en muchas lo que predomina es un ambiente negativo. Mal ambiente que destruye la empresa y, como resultado, provoca situaciones conflictivas y, como resultado, baja producción en el negocio.

Sí, pero…

Entonces, a la empresa le interesa, y mucho, generar un ambiente de trabajo positivo, pero para lograrlo debe poner mucho de su parte, al igual que también tienen que ponerla los trabajadores. Es vital, por lo tanto, conocer todos los resortes de la empresa para poder desarrollar ese entorno de trabajo positivo y que sea lo más duradero posible. 

Es decir, UN ENTORNO DE TRABAJO PARA LOS TRABAJADORES PERO CONTANDO CON LOS TRABAJADORES.

Cómo

Lo primero, identificando a aquellas personas tóxicas o generadoras de ambientes negativos, o incluso que sean conflictivas, Y eso también pasa por el jefe, que conste. Cosas tan sencillas como

· Promover el respeto y pedir las tareas de manera educada, sin necesidad de levantar la voz por parte de aquél.

· Promover el feedback entre todos los trabajadores, algo que debe trabajarse de forma continua y no ser flor de un día.

· Conocer, identificar y potenciar las emociones positivas de cada empleado, desde el jefe hasta el más inexperto. Una estrategia que permitirá reconvertir el ambiente laboral diseñando estrategias de desarrollo personal y profesional positivas enfocadas a la eficacia del equipo de trabajo. El resultado, un incremento de sus niveles de productividad.

En definitiva, cosas tan sencillas y que no son nada del otro mundo como cooperación, generar una atmósfera productiva, conciliar la vida social con la profesional, preocuparse por la salud tanto física como mental de cada trabajador, realizar actividades que fomenten la cohesión del grupo…

Que cada día de la vida de los empleados sea un motivo para ir a trabajar con ganas, y no renegar porque no les queda más remedio que acudir al infierno que es la empresa para la que lo hacen.