Propósitos para el nuevo año

Adelgazar, dejar de fumar, aprovechar más el tiempo… ¿Y por qué no ser un poco más feliz?


Llega un nuevo año, y con él siempre hacemos una lista de buenos propósitos que, en algunos casos, por no decir todos, son ya pasado antes de terminar su primer mes. De todo tipo. ¿Y por qué no centrarte este año en algo tan sencillo y difícil a la vez como ser feliz?


Ojo, ser feliz no se trata de que vayas todo el día con la sonrisa en los labios y presentarte así ante todo el mundo, no. Ser feliz es una cuestión que va mucho más allá de una sonrisa o de mostrar buena cara ante los demás. Más que de mostrar buena cara ante los demás, se trata de mostrarla ante la vida.

Y eso, ¿cómo se hace?, te estarás preguntando. Tan sencillo como seguir una serie de pautas, nada difíciles, ya te lo decimos, y de ponerlas en práctica tan a menudo como te sea posible.

Cosas tan sencillas como sonreír más a menudo —sí, pero no ir con la sonrisa a cuestas a todas partes—, tratar de que los problemas, si los hay, no te saquen de tus casillas ni te enerven más de la cuenta. Al fin y al cabo, si tienen solución, ¿para qué enfadarse cuando es algo que se puede resolver con tiempo? 

Pero lo más importante es que te des cuenta de dónde estás, de quién eres y de qué quieres hacer realmente no con tu vida, sino contigo mismo/a. No se trata de hacer borrón y cuenta nueva con todo, ni tampoco hacer tabla rasa con todo lo anterior. Busca aquellas cosas que te satisfagan, que te hagan sentirte bien, y repítelas, emplea todo el tiempo que tengas disponible en ellas. Disfrútalas, en definitiva.

Porque en eso consiste ser feliz: en disfrutar de lo que te llena, por mucho o poco que sea o te suponga. Y no hay nada más feliz que eso. Hazme caso. 

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