El talento en la empresa, ese gran incomprendido

No son pocas las ocasiones en que el talento se marcha de una empresa por desidia o incomprensión


El talento es una especie a proteger en la empresa. Sucede que no son pocas las ocasiones en que eso no ocurre, y el talento acaba marchándose de ella frustrado en busca de una oportunidad donde pueda desarrollarse de verdad.


Un empresa que cuente con talento entre su personal dispone de un gran tesoro. Pero, a su vez, tiene una gran responsabilidad, que no es otra que permitir y alentar el desarrollo de dicho talento. 

Si la sintonía es buena…

El talento se encontrará con las mejores condiciones para desarrollarse, hará todo lo posible por crecer y convertirse en imprescindible. O, al menos, en una herramienta valiosa para la empresa.

Pero si la sintonía no es buena… 

Se encontrará en las peores condiciones posibles para desarrollarse, y no serán pocas las ocasiones en las que intentará buscar una salida; que es, por otra parte, la mejor solución posible en una situación de esas características. Porque no hay peor cosa que un talento incomprendido y, mucho peor, desaprovechado.

Y lo peor que le puede ocurrir al talento es, precisamente eso, sentir que no está en sintonía con el resto de la empresa, y ni mucho menos con la dirección. Además, si se trata de un talento que necesita respaldo y calor para dar lo mejor de sí mismo, puede que caiga en una espiral de desidia que lastre su deseo de buscar otro lugar para desarrollarse, siendo el resultado de este proceder una llama que se apaga poco a poco.

De que no se extinga, sino que se sienta comprendido y respaldado, ha de ocuparse la empresa en todo momento. Por su interés, que al fin y al cabo es el mismo que el del talento.

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