¿Te hacen sufrir las cosas o lo que piensas sobre las cosas?
Aquella frase de Epícteto sirve para explicar que más que sufrir lo que ocurre, más nos afecta lo que pensamos sobre eso que nos ocurre
Epícteto de Frigia, filósofo estoico del siglo I d.C, tenia claro que las circunstancias no son controlables ni tampoco se pueden cambiar de ninguna manera, pero sí tu manera de pensar acerca de las cosas que te ocupan o preocupan.
Para comenzar a desarrollar la explicación que te quiero dar, mejor hacerlo con la frase que la va a motivar: “No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nos decimos sobre estas cosas”.
Y es así. Epícteto lo demostró: no podemos controlar las circunstancias ni tampoco cambiarlas, vienen como vienen y así hay que aceptarlas. ¿Entonces? Lo tuvo claro: las cosas nos afectan según la manera en que nos influyen. Es decir: que una cosa nos produzca emociones/sentimientos positivos o negativos depende de los pensamientos que nos provoquen.
¿A que cuando sientes enfado, te asalta un ataque de ira o estás deprimido/a les echas la culpa de inmediato a las circunstancias o a cómo se han desarrollado las cosas? Y lo verdaderamente cierto, y es lo que Epícteto demostró, es que nuestros estados emocionales son fruto de la interpretación que hacemos del mundo que nos rodea, de las cosas que nos ocurren.
¿Quieres una prueba? La misma situación provoca diferentes emociones en personas distintas, y lo mismo pasa cuando somos protagonistas de un acto que nos provoca algún tipo de dolor, ya sea físico o espiritual. Un codazo en el metro, por ejemplo, en plena hora punta. Eso provoca mucho cabreo, te despierta la ira, y como tal te giras para reprender a su autor. ¿Es la misma tu respuesta si al autor del codazo es un chico joven que un ciego?
Tú eres dueño/a de sus sentimientos y, por ende, de cómo ves las cosas y de qué manera de afecten. Ya que no puedes controlar aquéllas, al menos sí los sentimientos que te provocan.
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