Nuestro cerebro en el futuro

La tecnología puede expandir las capacidades de nuestro cerebro más allá de lo que es capaz la propia evolución natural


El futuro está por llegar, pero siempre nos ha gustado mirar más allá de lo más próximo para saber que nos espera. Esa curiosidad innata de nuestra especie. Y en lo que respecta a nuestro cerebro, si bien la evolución nos ha hecho más inteligentes que nuestros antecesores, puede que la tecnología eleve sus capacidades más allá incluso de lo que la propia evolución natural marca.


Nos gusta adelantarnos al futuro, es algo innato en nosotros, y más si tenemos en cuenta la evolución tecnológica que hemos alcanzado y desarrollado respecto a nuestros antecesores sobre la faz de la Tierra. Y si en inteligencia hemos avanzado mucho, puede que la tecnología sea capaz de elevar el rendimiento del cerebro más allá incluso de lo que marca la propia evolución natural.

De manera resumida, a medida que cada especie se acercaba al Homo sapiens, su tamaño aumentaba y asimismo el de su cerebro. Así, la corteza cerebral y sus conexiones ocupan el 80% del volumen cerebral; precisamente, el área que aloja las funciones más complejas del cerebro. Y de aquella corteza hay un área en especial, la que se encuentra justo atrás de nuestra frente, que es la que nos hace humanos al regular las funciones distintivas de nuestra especie.

Es más, lo que más asombra a los investigadores es la complejidad dada por las conexiones que se establecen entre las distintas partes que constituyen el sistema nervioso. Por lo tanto, teniendo en cuenta las condiciones ambientales que nos rodean, así como nuestro desarrollo tecnológico y los patrones de vida actuales, se puede hablar de la tecnología como el verdadero motor de nuestro modo de vivir, de pensar, de ser.

De hecho, ya somos capaces de desarrollar tejidos artificiales, y no es descabellado pensar que en un futuro no muy lejano seamos capaces de crear o regenerar el tejido neuronal que compone el cerebro, lo que supondría un avance importante en el tratamiento de enfermedades que hoy en día no tienen cura, como es el caso de la demencia. Más si tenemos en cuenta que contamos con medicamentos para mejorar el rendimiento en ciertas disfunciones cerebrales.

¿Conoceremos esta nueva época por alumbrar? La ciencia (y la tecnología) lo dirá.

FUENTE: El país

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