No esperes a que truene Santa Bárbara

No idealices cosas, hazlas. No las pospongas, ponte con ellas


Se dice que la vida ha de darnos un aviso sea del tipo que sea para que nos demos cuenta de cuáles son las cosas de que verdad importan y cuáles no. Y yo me pregunto, ¿de verdad hay que llegar a ese extremo para actuar de esa manera?

Sí, lo reconozco: todos llevamos una vida a mil por hora, hacemos las cosas como si fuéramos autómatas y no prestamos atención o, en ocasiones, dejamos para más adelante otras que nos podrían llenar más desde un punto de vista personal. Hasta que truena Santa Bárbara, es decir, la vida nos da un aviso y nos recuerda que estamos aquí de paso, que en tan sólo un segundo lo que ahora es puede que ya no lo sea, etcétera.

Y es así. Pero la pregunta que te hago es, ¿realmente hay que esperar a llegar a ese extremo o sufrir una situación de aquellas características para que te des cuenta de lo que es la vida, de lo sencillo que es perderla, y de que estamos aquí de paso, repito?

Si contestas que sí, pues nada, te recomiendo que sigas con tus quehaceres y te deseo lo mejor, siempre lo mejor. Si contestas que no, ya sabes lo que te toca.

Y lo que te toca no es que viajes a Nueva York si nunca has estado allí o te tires en paracaídas porque es algo que siempre te ha hecho ilusión. Lo que trato de decirte es que seas consciente de los pequeños gestos, de esas cosas que realmente te hacen feliz y que, por las razones que sean, dejas para otro momento o aplazas sin fecha. Nada del otro mundo: comer con alguien que te apetece, tomarte un café con una persona a la que hace tiempo que no ves…

Esas cosas tan sencillas. Y sin necesidad de que truene Santa Bárbara 😊

Comentarios

Entradas populares