Neurociencia para controlar la procrastinación

Dejar las cosas para otro momento puede ser un recuerdo si así lo quiere la neurociencia

Procrastinar es algo que todos solemos hacer con mucha frecuencia. Ahora la neurociencia puede remediar que lo hagamos con demasiada frecuencia.

Nos encanta procrastinar. Sí, eso de dejar para otro momento tareas que tenemos pendientes bien porque no nos gustan, bien porque no nos apetece, o por cualesquiera otras razones. Y la neurociencia tiene demostrado por qué se produce la procrastinación.

¿Y por qué se produce? Porque quienes lo son de manera habitual padecen un funcionamiento anormal de las regiones neuronales relativas al autocontrol y a la regulación emocional.

¿Qué ha averiguado la neurociencia? Que cambiar el funcionamiento de estas regiones, algo que es posible, ha de partir de una premisa: es necesario un cierto grado de autocontrol para empezar a dejar de procrastinar.

Y asimismo, que existe un conjunto de conexiones subcutáneas en el cerebro llamado “red neuronal por defecto”. Dicha red se activa cuando la mente divaga, pero también cuando nos atascamos intentando resolver un problema. Descubierta por accidente en 2001, diversos investigadores han demostrado que alternamos estados de concentración y de divagación a lo largo del día; y también que pasamos entre el 30 y el 50% de las horas del día que estamos despiertos con pensamientos que nada tienen que ver con la tarea que tenemos pendientes en ese momento. Valores que pueden variar a lo largo del día.

De esta manera, la neurociencia ha demostrado que el secreto está en el descanso. Nada nuevo bajo el sol, dirás, pero sí lo es. Porque lo que nos demuestra es que sí, que podemos darnos un descanso cuando nos encontramos atascados mientras buscamos la solución a algo que nos preocupa; y que es ese descanso el que nos ayuda a encontrar la solución.

Todo consiste en saber cuándo y cómo. Que siempre es mejor que dar rienda suelta a la procrastinación. ¿ O qué pensáis al respecto? 😊

FUENTE: BBC