Ambiente de trabajo feliz, trabajo feliz

Educar al cerebro para ganar en flexibilidad y optimismo se traduce en felicidad a la hora de trabajar


El trabajo ideal no existe, ya lo sabemos, pero tanto nosotros como los que nos rodean allí podemos hacer nuestro entorno de trabajo más agradable. En consecuencia, ser feliz en el trabajo es posible si se siguen unas pautas concretas.

Punto de partida esencial: el trabajo ideal, ese en el que siempre serás feliz, no existe. Lo que sí existe es la posibilidad de crear las condiciones necesarias para disfrutar de tal sensación dentro de él. Y eso pasa por animar e incluso entrenar a tu cerebro.

Sí, porque si no te has dado cuenta te lo explicamos nosotros: el cerebro tiene de perezoso todo lo que tiene de inteligente. De ahí que, si se le educa para que sea más flexible, redundará en un mayor optimismo en ti.

Y también es cierto que, en no pocas ocasiones, lo que te rodea en el trabajo es para que te cortes las venas directamente. Sí, lo repetimos: el trabajo ideal no existe, por lo que para que lo que quieras disfrutar sea lo más parecido, te tienes que poner las pilas. Tú, tú y solamente tú.

¿Cómo? Adiestrando tus neuronas para que sean más receptivas a la felicidad. Y eso se consigue centrándolas en tus fortalezas, en todo aquello positivo que te rodee y, cuando ocurren, en los avances que vas obteniendo. Notarás los resultados.

Y si tú eres feliz y no te cortas a la hora de expresarlo en el trabajo, tarde o temprano tu optimismo y felicidad calarán en el resto de compañeros. Porque, como bien dice Simon Dolan, titular de la cátedra Future of Work en ESADE, la felicidad está conectada con la salud física y mental. Y si consigues ambas cosas, darás lo mejo de ti en el trabajo y en todas las facetas de la vida.

FUENTE: Pymes y autónomos

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