Cómo repartir los papeles en la empresa para instaurar la felicidad en ella

Se trata de una relación quid pro quo en la que las dos partes salen beneficiadas


La felicidad siempre es cosa de dos, y cuando se trata de una empresa las dos partes están clara: empresa por un lado y empleados por otra. Ahora, ¿cuáles han de ser los cometidos de cada una? Eso es lo que te vamos a contar en las líneas siguientes.



Vale que uno puede conseguir la felicidad por uno mismo —o por una misma—, pero cuando se trata de alcanzar ese ideal en el trabajo, lo más factible es conseguirlo mediante la actuación coordinada —e interesada— de ambas partes; porque a ambas les interesa que la felicidad sea la nota predominante a la hora de que los empleados desempeñen su cometido día tras día, y de éstos poner lo máximo de su parte para que el ambiente y sensación que reinen en la primera sea de felicidad.

Lo que nos lleva a que cada una de ellas tenga bien presente su rol para alcanzar dicho objetivo. Puesto que, salvo que seamos millonarios, no nos queda más remedio que trabajar para vivir cada día, al menos que sea de la manera más placentera posible. Y de eso se tiene que encargar la empresa, poniendo a disposición de sus trabajadores las condiciones necesarias para alcanzar tal ideal; y los segundos también han de poner de su parte aprovechando dichas condiciones para poner lo mejor de cada uno/a a la hora de realizar sus tareas. Es decir, una relación quid pro quo en la que ambas salen beneficiadas si siguen el mismo camino; pero también perjudicadas si sus intereses no caminan en la misma dirección. Y cuanto más parecido sea el camino de una y de otros, más sencillo será alcanzar la felicidad como estatus natural dentro del trabajo.

Y si necesitas más consejos, te damos muchos más en este vídeo de nuestro canal de Youtube:



Comentarios

Entradas populares