Abandonar las expectativas y conservar la esperanza, ese difícil equilibrio

Esperar que las cosas salgan bien es fundamental para nuestro bienestar y para seguir impulsándonos hacia el futuro con alegría y confianza



He tenido la ocasión de reflexionar sobre este tema a raíz de un viaje que hice con unos amigos en el que convivimos en una casa rural durante una semana. A pesar de que compartimos alegría, naturaleza y disfrute, no todos hicimos el mismo balance final de la experiencia. Me di cuenta de que todo ello dependía de las expectativas de cada uno.

Esperar que las cosas salgan bien tiene dos caras: una que no exige nada a la vida, esa cara se llama esperanza; y otra que da por hecho que ocurrirá lo que he imaginado. Esta segunda cara es la expectativa.

Esperar que las cosas salgan bien es fundamental para nuestro bienestar y para seguir impulsándonos hacia el futuro con alegría y confianza. Es lo que hacen los optimistas. Sólo que a veces las cosas no ocurren como habíamos imaginado, ya no digo mal, me refiero a no como lo habíamos pensado, quizá debería decir “no tan bien como habíamos imaginado”.

En ese momento se producen dos actitudes: una satisfecha y otra insatisfecha. ¿Qué hace que alguien se sienta bien cuando las cosas no salieron como esperaba? Es el difícil equilibrio entre tener ESPERANZA y tener EXPECTATIVAS exigentes.

En mi grupo de amigos, una persona esperaba que ocurrieran cosas que finalmente no se produjeron y se sintió frustrada. Le exigió al futuro que se comprometiera con su imaginación y perdió la batalla. El futuro es incierto y la vida fluye constantemente. No es posible controlar lo que ocurrirá y mucho menos que lo haga según nuestros deseos.

Y es ahí cuando entendí que, si bien es adecuado esperar que todo salga bien, acompañar esa idea de esperanza no le exige al futuro que se alinee con el deseo, más bien le permite libertad; mientras que la expectativa rígida se la roba.

Esperar que salga bien, aceptando que quizá no ocurra y quedándose con lo que fue bueno, realmente resuelve ese difícil equilibrio y casi siempre nos deja satisfechos con lo vivido.

Comentarios

  1. https://sidanpress.com/2019/06/10-datos-sobre-las-cintas-aislantes/
    En mi grupo de amigos, una persona esperaba que ocurrieran cosas que finalmente no se produjeron y se sintió frustrada. Le exigió al futuro que se comprometiera con su imaginación y perdió la batalla. El futuro es incierto y la vida fluye constantemente. No es posible controlar lo que ocurrirá y mucho menos que lo haga según nuestros deseos.

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