Todos buscamos ser queridos: “piensa bien y acertarás”
Es curioso cómo funcionan las relaciones humanas
Siempre tengo presente una idea que leí hace tiempo en un libro de Jampolsky que me emocionó hasta lo más profundo: que los ataques que recibimos de otras personas son en realidad una defensa; que en el fondo es algo así como querer ser aceptados y … queridos.
¡Qué simples somos en el fondo! Necesitamos ser aprobados y así reforzar nuestra frágil autoestima!
¿Qué quiero decir con que los ataques son defensas?
Yo creo que la gente interactúa con los demás, cada uno según su personalidad, con la esperanza de que valoren nuestra aportación y confíen en nosotros. Si sospechamos que esto no se está produciendo, nos sentimos dolidos en nuestra autoestima y la respuesta es devolver la presunta ofensa.
Pongo un ejemplo para explicar por partes lo que quiero decir con este argumento. Supongamos que me llamo Paula y que tengo un grupo numeroso de amigos. Y propongo un aperitivo navideño, y además organizo un amigo invisible porque regalar, al menos para mí, es una muestra de cariño y lo hago con toda mi ilusión. Supongamos que en el grupo hay alguna persona, llamémosla María, superestresada con el cierre del año en lo laboral o con la sobrecarga de compras navideñas, y que sólo quiere tener un encuentro de liberación con sus amigos, sin cargarse con una obligación extra: la compra del regalo. María no se niega, pero no participa mucho en la emoción de la compra del regalo. Pronto se nota que hay más personas que participan de la emoción de María y proponen dejar la parte del amigo invisible. Paula detecta esa emoción colectiva y entiende que simplemente no apoyan su plan. Esto, con sus deseos de ofrecer cariño a sus amigos a través del regalo en Navidad. Pero, especialmente, choca con su AUTOESTIMA. No es algo consciente, es un sentimiento incontrolable y muy fuerte. No hay nada más doloroso en este mundo que sentir dañada la autoestima.
Así que siente ese dolor, se enfada y anula el aperitivo navideño, es un ataque para defender su estima. Los demás no entienden lo que ocurre. Se sienten, a su vez, atacados por Paula, sienten que ella es caprichosa, intransigente, manipuladora con los deseos del grupo. Cada uno saca una conclusión relacionada con su personalidad y con sus vivencias anteriores. Sea lo que sea, sienten que ella no les aprecia porque no tiene en cuenta lo que desean. Nuevo choque a la autoestima, esta vez de quienes sienten estas cosas. Y por supuesto, atacan.
¿Qué está ocurriendo? Que constantemente leemos erróneamente a los demás. Los conflictos se deben a la necesidad de salvaguardar nuestra autoestima y porque interpretamos erróneamente lo que piensan y sienten los otros. Debemos ser conscientes para cultivar nuestras relaciones.
Detecta a los manipuladores y a las personas con personalidad psicopática, porque ellos sí son personas sin empatía y que no necesitan ser queridos, simplemente. Los demás necesitan ser apreciados, aprobados y queridos.
Este debería ser el lema de cualquier relación “piensa bien y acertarás”
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