La felicidad está en lo simple

Bastan pequeños cambios para influir en nuestro estado de ánimo


Cuando pienses en la felicidad, hazlo en lo pequeño, en cosas simples, nada de metas lejanas o trabajosas. Nada de eso: la felicidad está en lo simple.

¿Y qué es lo simple? La entrega a los demás, en ser solidarios y humildes y, sobre todo, en demostrar amor. Al menos así lo entiende el neurocientífico e investigador G. E. Somar, y cuyo saber y experiencias ha resumido en un libro que lleva por título Dos peldaños para la felicidad.

Este profesor de la Universidad de California, en EE. UU., ha conseguido demostrar que podemos influir en nuestro estado de ánimo únicamente con pequeños cambios. Es lo que denomina una ‘espiral ascendente’ con la que generar poco a poco cambios positivos en tu vida.

¿Cómo se consigue eso? Para empezar, elaborando una lista de cosas por las que te sientes agradecido. ¿Sabías que cuando lo haces aumenta la densidad de las neuronas y, con ello, la inteligencia emocional? Lo que, en consecuencia, ayuda a mejorar tus relaciones personales. Y más aún: incrementa la presencia y actividad de la serotonina y dopamina, sustancias que tanto tienen que ver tanto en la motivación como en la sensación de placer y felicidad, en los centros de recompensa del cerebro.

Asimismo, Somar está convencido de que darle nombre a las cosas que sentimos nos ayuda mucho más que reprimirnos o fingir que todo está bien, que no ocurre nada. A lo que otro profesor universitario, Kevin N. Oschner, neurocientífico de la Universidad de Columbia (EE. UU.) apostilla que “reconocer las emociones conscientemente reduce su impacto”. Y es que, para dicho neurocientífico, tomar decisiones y establecer objetivos activa un mismo circuito cerebral dentro de la corteza prefrontal. Y lo hace de forma positiva, siendo la consecuencia la reducción del estrés y de la ansiedad.

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