Cinco lecciones para acercar la felicidad a tu vida
Si crees que alcanzar la felicidad, o al menos lo más parecido a ella, es tarea de titanes, sentimos decirte que estás muy equivocado/a. Si se quiere, se puede. Por ejemplo, con estas cinco lecciones de vida que nos enseña la Universidad de Harvard. Sencillas y fáciles de implementar. ¿Te animas?
Felicidad, qué bonito nombre, canta La cabra mecánica. Y es cierto. De los más hermosos; un estado que colma cualquier expectativa o estado de ánimo.
Pero ¿qué ocurre? Que pocos son los que se atreven a decir que son felices. Razones, muchas y diversas, pero por las que sean la felicidad no es algo que nos invada, precisamente. Y bastaría con poner un poco de tu parte, sólo un poco, para disfrutarla.
Eso es, al menos, lo que aseguran desde la Universidad de Harvard. Cinco lecciones, cinco, nos da para encontrarla o, al menos, gran parte de ella. Y no te creas que son irrealizables o difíciles de conseguir, al contrario.
Primer consejo: acepta todas tus emociones. Porque por ser feliz no significa que nunca más vayas a experimentar tristeza, pena, angustia o sociedad. Forman parte de la vida, de tu vida, y has de aceptarlas como son. Tienes que vivirlas cuando lleguen para regresar a tu estado de ánimo habitual. Porque recuerda que la felicidad perpetua sí que no existes, y si dices no ser feliz tampoco significa que estés haciendo algo malo. Simplemente sé natural, acepta las cosas tal y como vienen.
Segundo consejo: ten en cuenta, muy en cuenta, el equilibrio que existe entre lo que debes hacer y lo que quieres hacer. Haz lo que te ocupa, ya sea un trabajo, afición, etcétera, pero sin olvidar o dejar de lado lo que quieres. Es una buena manera de rozar la felicidad sin que apenas te des cuenta.
Tercer consejo: no te satures, especialmente con todo lo que nos bombardea cada día. No te metas en camisas de once varas ni abarques lo que es imposible. Llega hasta donde creas que puedes llegar, y siempre con la mente despejada y cansada. Una mente cansada te conducirá al pesimismo y al desánimo; y si el cansancio se apodera de tu cuerpo, poco a poco lo transmitirá a tu mente. Esto va unido al cuarto consejo, que es cuidar tu cuerpo y mente. Por tu propio bien.
Y, por último, agradece todo lo que recibes, por lo que te rodea, por lo que tienes. Agradecer es quitarte peso de la mente y del corazón y te hace ver que, en el fondo, eres una persona afortunada.
En definitiva, cinco pasos. Repito: ¿te animas a seguirlos?
FUENTE: soycarmin.com
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