Ilusión, la chispa de la vida
Busca en tu interior eso que te permite seguir adelante, que te hace ir en pos de lo que te gusta o de lo que te mantiene vivo/a
La chispa de la vida. Así es como se conoce a una conocida marca de refrescos. La razón es clara: refresca, provoca alegría y bienestar… Aunque, posiblemente, no sea más que producto de una ilusión. Que la chispa de la vida es eso, ni más ni menos que una ilusión.
Pero de lo que estoy realmente convencida es de que la ilusión SÍ es la chispa de la vida. Y por muchas razones. Porque la ilusión es lo que te mantiene con vida, la que te impulsa a seguir adelante, a buscar aquello que te marcas como objetivo, a conseguir el objetivo que tienes entre ceja y ceja, que te mantiene en vilo hasta no ver hecho realidad un deseo.
La ilusión es todo aquello que no se puede aprehender y que, una vez conseguido, se convierte en algo aún más grande, imposible de abarcar; en todo aquello que sólo la ilusión es capaz de hacer realidad.
Y es que siempre se ha dicho que el hombre vive de ilusiones, de que ellas se forja su mundo, su imperio, todo su haber; que la ilusión es el alimento de quienes nada tienen que perder y ansían conquistar aquello con lo que sueñan; que la ilusión es el oxígeno de quienes hacen de la vida un peregrinar eterno hasta alcanzar el deseo que tanto anhelan.
Quizás alguno/a diga que la ilusión es lo peor que le puede ocurrir a una persona, pues creer en algo que nunca —o casi nunca — se hará realidad es casi como una tortura. Pero, te pregunto, ¿acaso no es algo bonito mantener eso, la ilusión, por algo que quieres hasta verlo hecho realidad. Porque sin ella, sin la ilusión, ¿acaso merece la pena vivir?
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