Si la alegría se ha marchado de tu vida… ¡ordénala que regrese!

Generar pensamientos positivos en el cerebro es una manera de generar bienestar en el cuerpo


Si la alegría se ha marchado de tu cuerpo, ¿no va siendo hora de pedirle que vuelva de una vez? ¿Cómo? Muy sencillo: buscando cosas positivas que generen bienestar en tu cerebro.

¿Cuándo fue la última vez que sentiste alegría, que pudiste decir que eras una persona feliz? Posiblemente te cueste recordarlo… Y también que creas nunca más volverás a sentir alegría, que la felicidad se marchó un día para no volver. Y no. Al menos así lo cree la psicóloga clínica y miembro de la junta Directiva de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, Kalitza Baerga-Santini.

¿Qué pasa cuando piensas o recuerdas algún momento negativo o de tristeza? Que tu ánimo decae, y eso te lleva a la desesperanza. Y si te encierras en tu caparazón, posiblemente no salgas nunca de él… Hasta que tú quieras.

Sí, porque si quieres, puedes. Si piensas en lo negativo, en aquello que te causa dolor o malestar, ¿por qué no llegar a sus causas, al origen de lo que te ocurre? Se trata de un primer paso para tomar el control de tu vida, para que decidas por ti mismo qué quieres hacer y cómo.

Pues eso te llevará a la segunda —e importante— lección de este post: recuperar la felicidad perdida. Una vez que hayas analizado las causas de lo que te genera malestar, es hora de pensar en cosas o situaciones que te hayan provocado placer o bienestar. Porque, si puedes pensar en una, también podrás pensar en otras, ¿no?

Para empezar, rompe con tu rutina. Y eso comienza por buscar aquello que más te guste o apasiones, lo que te gustaría hacer las veinticuatro horas del día, si pudieras. Poco a poco, sin cebarte.

Después, añade algún tipo de actividad física a tu vida y procura que el sueño sea el necesario para sentirte bien contigo mismo/a a la jornada siguiente.

Y ayuda a los demás todo lo que puedas, bien con pequeños gestos o con acciones de mayor compromiso. Ayudar a los demás se convierte en una manera de llenarte de gratitud y de insuflar bienestar a tu cuerpo.

Poco a poco siempre. Ya verás cómo la alegría no tarda en regresar contigo. Y para no marcharse nunca más.

FUENTE: la opinión.com

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