El ‘no’ por delante
¿Cuántas ocasiones te has quedado de brazos cruzados ante un plan, propósito o situación después de escuchar “el no ya lo tienes por delante”? Ese NO, cual infranqueable muro, que derriba tus sueños, que no te deja tirar para adelante… Porque tu quieres, claro está. Porque no siempre un No es un No, por mucho que vaya por delante o te espere al final del trayecto a emprender.
En esta vida estamos para dar rienda suelta a nuestros sueños, para cumplir deseos, para dar respuesta a nuestras inquietudes. Sean las que sean, nos invitan a superarnos, a dar lo mejor de nosotros mismos. Por eso siempre intentamos ir más allá de nuestros límites y alcanzar lo que nos proponemos en todo momento…
Hasta que nos topamos con el ‘NO ya lo tienes por delante’. Esa frase lapidaria, tan habitual como traicionera. El maldito NO que, en muchas ocasiones, nos invita a levantar el pie del acelerador o a frenar, directamente, pisando fuerte el del freno. «¿Para qué seguir adelante si ya tengo el NO?».
Tira de franqueza y dinos/di: ¿cuántas veces te has quedado de brazos cruzado o has echado por tierra tus sueños e ilusiones porque sabías de antemano que lo que pretendías/querías/anhelabas estaba condenado al fracaso? ¿Cuántas?
¡Pues mal hecho! ¡Pero que muy mal! ¿Siempre te dejas vencer así de fácil? Entonces permíteme que dude de tu capacidad para cumplir tus sueños y anhelos. Simplemente porque si una simple e imaginaria negativa ya te frena, ¿qué esperar después?
Porque ese ya famoso “NO por delante” lleva implícito otra no menos famosa aseveración. Sí, esa que estás pensando: “¿Y sí…?”. El lamento, la frustración. Todo eso que sale una vez pasado el tiempo y que es producto de la inacción en su debido momento.
Porque, peor que ese NO está el lamento e incluso el arrepentimiento por lo que pudo ser y no fue. Por ese maldito “NO lo llevas por delante” que te frena.
¡Táchalo de tus pensamientos y lánzate a tumba abierta por aquello que quieres o deseas! Quizás no lo consigas, como te amenazaba el NO, pero seguramente nunca tendrás que arrepentirse por lo que podría haber sido si no.
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