Píldora 16: cuando tu jefe barre toda tu positividad en un segundo

En las empresas no hay profesionales, hay personas que desarrollan un rol profesional durante unas horas cada día. Las acciones sobre bienestar deben repercutir en la autogeneración de felicidad personal, pero también en el entrenamiento de líderes que favorezcan el bienestar.

¿De qué sirve aprender a generarse positividad, bienestar y emociones positivas si luego llega tu jefe y barre en un segundo todo tu esfuerzo por ser optimista en un segundo?

Es cierto que cuando aprendemos a tener una interpretación positiva de la realidad en la que nos movemos, cuando somos optimistas, los comentarios fuera de lugar o los malos humores de la gente nos afectan menos. De hecho, la gente con buen rollo consigue cambiar la actitud de los que les rodean y al final la gente se les “pega” para sentirse bien, porque las emociones se contagian y quien sabe autogenerarse optimismo y alegría termina rodeado de gente que desea contagiarse. Así pues, desprender energía positiva nos hace sentir bien y consigue que los demás se contagien. Pero cuando la negatividad viene de nuestro jefe, la cosa no es tan fácil.

Las emociones de los líderes tienen un papel fundamental en las personas que gestionan y no hay muchos que sepan gestionarlas adecuadamente; podríamos decir que tampoco hay muchos que sepan gestionar bien sus equipos. Y por qué ocurre esto. Porque las personas que ocupan posiciones de poder lo hacen por motivos que nada tienen que ver con su conocimiento sobre gestionar personas. Muy pocos saben cómo hacerlo bien. 

¿Qué criterios se siguen para promover a alguien en un puesto de responsabilidad? Raramente están relacionados con la capacidad para gestionar personas. Los motivos son otros como el perfil técnico, la capacidad de influencia en el mercado al que se dirige comercialmente la empresa, o cosas aún peores como la antigüedad o los favores políticos. 

¿Cuál es el principal predictor de éxito de un equipo de trabajo? La capacidad de gestionar adecuadamente el equipo de su líder. Las evidencias y las investigaciones son abrumadoras corroborando la importancia de que los líderes posean estas fortalezas.

¿Y qué puedes hacer tu personalmente si has tenido mala suerte? Depende del grado de toxicidad de tu jefe. Si estamos ante alguien que exhala y expresa negatividad, poco puedes hacer, intenta mantener el contacto justo para poder trabajar. 

Si crees que es reformable, ahí van unos cuantos consejos:

a) Intenta ignorar sus malos humos, no entres en conflicto con él. Intentar contradecirle o cargarte de razón, no suele servir de mucho.

b) Dentro de tus posibilidades y guardando las distancias, ayúdale en sus objetivos, intenta suavizar la relación, aunque sólo sea porque eres útil para conseguir sus metas, te verá con buenos ojos. No hablo de sumisión, hablo de empatizar mínimamente. Haz este cambio y observa las consecuencias, puede ser de gran utilidad. Quién sabe hasta dónde puede llegar el “efecto mariposa” 

¿Quieres apuntar algo? Contacta con nosotros en info@emotionhr.com.

Comentarios

Entradas populares