Cómo aplicar el hygge de manera correcta

Hygge. Ya te hemos hablado de él en este blog en más de una ocasión. Se trata de la fórmula nórdica para la felicidad, el verdadero secreto para disfrutar de la vida de una forma más positiva y reconfortante. Ahora, ¿cómo aplicarla a la tuya? Eso es lo que te vamos a explicar a continuación.

Ya te contamos en su momento que hygge es lo más cercano a lo que nosotros llamamos Carpe Diem. Es decir, esos pequeños momentos que satisfacción o armonía que nos concedemos de cuando en cuando.

La teoría es sencilla: te la aprendes, y ya está. Pero ¿y ponerla en práctica? Ahí es donde viene la pericia de cada cual. O más bien: las ganas que cada uno tenga de disfrutar de un momento de felicidad, por pequeño que sea.

Algo tan sencillo como abrazarse sin contacto físico. Esto es: crear un ambiente de confort, de intimidad y relajación. Ya sabes: unas velitas, un poco de música, una sonrisa para recibir a esa persona que tanto quieres a la vuelta del trabajo… Atmósfera. Una atmósfera que transmita tranquilidad, calma. Eso es hygge.

Más cosas que son hygge: comer y beber cosas risas: chocolate, tartas, una buena cerveza… Aquellas cosas que más te gusten o te atraigan. Eso sí, siempre con moderación; ¡ah! Y practicar la gratitud. Cosas que refuerzan el hygge de cada uno.

¿Qué tal se te da cocinar con los amigos? ¿Te encanta salir por ahí con ellos, disfrutar del aire libre, realizar cualquier actividad en su compañía? Pasar buenos ratos. Reír, charlar hasta las tantas. Eso también es hygge.

¿Cómo implementar estas cosas en tu día a día? Dejándote llevar, improvisando, sin necesidad de forzar las cosas. Porque hygge también es comprarte ese libro que tanto te apetece leer, ese cedé que tantas ganas tienes de escuchar o comerte una galleta por que sí.

Esos pequeños detalles, en definitiva. Todos ellos son hygge.

Y si necesitas más información al respecto, no dudes en escribirnos a info@emotionhr.com.

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