Felicidad no es una ciencia, es una realidad

De un tiempo a esta parte se viene -venimos- hablando de la felicidad en la empresa casi como una ciencia. Pues bien, va siendo hora de enterrar los mitos y hablar a las claras: la felicidad en la empresa no es un mito, sino una realidad. Y a las pruebas nos remitimos. Y son demasiado evidentes, ya advertimos.

Ya el año pasado, en su ‘VI Encuesta Adecco La felicidad en el trabajo’, dicha compañía dejó una conclusión que, parece, no ha caído en saco roto para muchas empresas: el 96,7% de los encuestados en dicho trabajo creía entonces que un trabajador feliz es mucho más productivo que uno que no lo es.

Algo que cada vez se oye más en boca de los nuevos empresarios, aquellos que se lanzan a la aventura de poner en marcha una nueva empresa. Es el caso de David Tomás, autor del libro “La empresa más feliz del mundo” y cofundador de Cyberclick, mejor empresa para trabajar en nuestro país según Great Place to Work. Su opinión es para tenerla en cuenta: “La cultura de la empresa se ha de definir desde un inicio, no dejar que se cree de forma aleatoria a medida que se van incorporando personas”.

Entonces, ¿cuándo empezar a invertir en la felicidad de los trabajadores de una empresa? David Tomás lo tiene claro: desde el momento de la contratación. Algo vital si lo que se desea es encontrar personas que encajen realmente con la cultura y el equipo de la empresa. 

¿Más razones para terminar de introducir la felicidad en la empresa? Otro autor. En este caso, Jaume Gurt, que lo es del libro “Diseña tu futuro. Atrévete a ser tú: la felicidad en el trabajo es posible”. Para dicho autor -anteriormente relacionado con Infojobs- sólo el 13% de los empleados se encuentra realmente comprometido con su empresa. Al 24% le da igual y, lo que es peor: el 64% de las personas empleadas está activamente desconectado de su empresa.

Gurt lo tiene claro: “Cuando la conexión entre las personas de una empresa es real, hay un ‘nosotros’ frente a los retos, cuando se es uno mismo. Entonces surgen las grandes ideas, la gente disfruta, se lo pasa bien, aprende más, se crece y las cosas salen bien, incluidos los resultados”.

Algunos de estos autores coinciden en una pequeña receta para conseguir que la empresa tenga a su alcance esa felicidad que les gustaría disfrutar a sus trabajadores: conversar con ellos y no imponer. Por eso, y para fomentar la felicidad en la compañía, lo ideal es hacerlo en pequeños grupos y que sus integrantes expresen sus inquietudes y en qué consistiría su felicidad. Por ejemplo, la instalación de un microondas en la oficina. Pequeños detalles. Nada más.

¿Y tú? ¿Cómo crees que puedes fomentar la felicidad en tu empresa? ¿Nos dejas ayudarte? ¡Escríbenos sin compromiso a info@emotionhr.com!

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