PÍLDORA 7: tengo un jefe tóxico. NEURÓTICOS.

La gran mayoría de nosotros lleva un neurótico en su interior. Todos tenemos nuestras manías, nuestras rarezas, un lado “oscuro”. Sólo es considerado patológico cuando es limitante para nuestra vida o para la de los demás. Si cuando los demás son las personas que el neurótico gestiona en el trabajo, las repercusiones de su distorsión tendrán especial relevancia.

Vamos a analizar cada personalidad buscando soluciones prácticas para enfrentarte a este tipo de jefes:

1. El agresivo verbal, el descalificador, el autoritario

Este tipo de jefe siempre exige más, demanda de ti siempre un poco más y, cuando no puedes alcanzar el parámetro de perfección, terminas sintiéndote culpable. Momento que aprovecha para reforzar ese sentimiento de culpa, de manera que te sientas en deuda.

La manera de librarse de la toxicidad de este jefe es no aceptar la culpa como propia si no lo es. Si la aceptas, depositas el poder de tus emociones en otra persona. Tu jefe puede descargar su responsabilidad sobre ti, pero eres tú quien la acepta o no. Si cedes el control, quedas vulnerable ante él.

¿Cómo hacer esto? Si te inculpa, es tu decisión sentirte culpable. Si sus intentos de descargar culpa sobre ti no tienen efecto, dejará de intentarlo.

2. El mediocre, el envidioso

Estos jefes tienen en común un sentimiento de inferioridad, de carecer de valor. La envidia es una declaración de inferioridad en la medida en que sientes envidia siempre de alguien que consideras con más valor que el que tú tienes. Pues bien, el mediocre participa de ese sentimiento de temor por no ser suficiente, el miedo a arriesgar para así no perder.

Estas personas viven constantemente insatisfechas, se quejan, están frustradas a causa de sus pensamientos limitantes sobre ellos mismos. Y los dos enfocan su atención al exterior, a la comparación con las otras personas. Los envidiosos temen ser menos, y por eso desean que la otra persona no triunfe y los mediocres se saben menos directamente y sienten temor por todo. ¡Y el miedo paraliza!!

Con los jefes envidiosos es mejor no entrar en su juego de descalificaciones permanentes y cuando se cruza la línea de la venganza, es preferible apartarse de ellos.

Si tu jefe es mediocre, anímale si te pide opinión, ayúdale a triunfar y dentro de tus posibilidades muéstrale que le valoras.

3. El neurótico 

Estos jefes utilizan máscaras para no mostrarse tal cual son.

Las máscaras de superioridad o de poder sólo reflejan la necesidad de expresar lo que no eres para ocultar lo que verdaderamente existe: baja autoestima, creencias limitantes, inseguridad.

¿Cómo lidiar con estos jefes? Simplemente sé consciente de que están utilizando papeles para ocultarse y hacerte creer lo que no son. Eres dueñ@ de meterte en el juego y que tus emociones te influyan negativamente, o de concentrarte en tus objetivos y no identificarte con ese papel. Ignórale cuando adopta su papel de superioridad y sigue hacia adelante con tu propósito.

Ellos son tóxicos, pero te necesitan para triunfar, no les proporciones esa posibilidad. Tú eres quien realmente dirige tu vida.

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