Ser amable en la empresa tiene sus beneficios

La amabilidad se cotiza, y cada día más. La empatía y la inteligencia emocional constituyen habilidades que tienen gran valor dentro de los procesos de selección. Porque una mayor amabilidad se traduce en un mejor ambiente de trabajo y más y mejor colaboración entre los empleados de una empresa.

Cada vez se presta más atención a la empatía y a la inteligencia emocional en los procesos de selección para tal o cual trabajo. La razón es clara: una persona amable proporciona una gran cantidad de beneficios a una empresa.

Sin ir más lejos, el escritor y filósofo Emmanuel Jaffelin define bondadosa a aquella persona que resulta beneficiosa en varios sentidos, independientemente del estatus que tenga dentro de la empresa.

Por eso, Jaffelin no tiene ambages en considerar que ser bueno con los demás permite a una persona ganar respeto y ser más apreciado por el resto.

Pero hay más: la bondad, según este filósofo, permite marcar el terreno ante los demás compañeros. De hecho, ser benevolente implica fijar una jerarquía, lo que se traduce en marcar una diferencia real en el tipo de relación que se establece en las empresas.

Por eso se entiende bondad como sinceridad, honestidad y autenticidad de la persona que la práctica. Eso sí, Jaffelin también advierte de que tampoco es bueno ni necesario desarrollar la bondad todo el tiempo dentro del trabajo. Porque no hay que entenderla como un deber, sino como un poder de la persona que la ejerce, como una capacidad suya.

En concusión, la persona gentil sabe cuándo serlo y en qué momento. Así sabe que puede obtener una serie de réditos importes para la empresa con su manera de comportarse. Y esto también se traduce en un mejor ambiente de trabajo en la oficina. Un mundo de ventajas, por lo tanto, al alcance de cualquier empresa y persona. Sólo hay que dejarse llevar por la bondad.

FUENTE: Equipos y talento

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