Esperanza y miedo, las palancas del líder

Esperanza y miedo. Poderosos sentimientos. Quien los maneje controlará el mundo. Y si es un líder, a cualquier equipo que tenga a su cargo y a las personas que lo compongan. Dos de las palancas que tiene a su disposición para lograr cualquier propósito que se proponga.

Algunos analistas todavía se devanan los sesos buscando los motivos de la victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de los EE.UU. Quizás no haya que irse muy lejos para encontrar una pista: supo jugar con las emociones de sus votantes. Con dos, más en concreto: la esperanza y el miedo.

Dos palancas que manejadas con habilidad pueden poner a millones de personas a los pies de otra. El caso de Trump es paradigmático; supo jugar con habilidad ambos sentimientos: la esperanza de lo que está por venir, que siempre será mejor que lo que hay -ésa fue su promesa-, y el miedo de lo que puede pasar si no se pone coto a tanto desmán -tal y amenazó en la campaña electoral-.

Y es que miedo y esperanza son dos importantes sentimientos. Más que eso: son poderosas herramientas de fidelización. Capturan y aseguran la fidelidad de los que buscan respuesta o consuelo en un determinado mensaje. 

Eso lo saben los líderes, que hacen lo posible y lo imposible por manejar ambos sentimientos a la perfección. Y es así porque también saben que, si lo consiguen, harán lo que quieran con los grupos y personas que tengan a su cargo. 

Miedo y esperanza desatan sentimientos encontrados y que se retroalimentan el uno al otro. Por eso, el verdadero líder es quien sabe conectar con sus empleados mediante la esperanza para transmitirles un mensaje positivo, de futuro.

Pero también lo consigue si lo que transmite es lo contrario: el miedo puro y duro, lo que le permite conseguir la adhesión que pretende de las personas que le siguen o trabajan para él. 

La pérdida de un empleo, un ascenso, la promesa de un aumento salarial si se consiguen unos determinados objetivos…. Miedo, esperanza. Emociones poderosas que, en manos de un líder, pueden alcanzar un inmenso valor. De él depende manejarlos bien para obtener los propósitos deseados sean cuales sean.

FUENTE: Equipos y Talento


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