La felicidad de los empleados, ¿responsabilidad de la empresa?
El empleado que es feliz rinde más. No es una evidencia, sino una realidad. Las empresas que fomentan este tipo de proceder lo notan. Sus trabajadores son más productivos, se involucran más en el día a día… Pero, ¿compete a las empresas que sus empleados sean felices? Pregunta a la que trataremos de dar respuesta en las próximas líneas.
La felicidad es un estado difícil de evaluar. ¿Cuándo se es feliz y cuándo no? Todo depende de la persona, de su estado. Porque puedes ser feliz en su vida personal pero no en la laboral: se puede disfrutar de un estado pleno en casa, con la familia y amigos, y soportar una tortura en el trabajo. Y viceversa.
Centrados en el primer aspecto, ¿a que si eres feliz rindes más en el trabajo? Se nota a la legua quién es feliz trabajando y quién no. Se nota a la hora de implicarte en el día a día, cuando resuelves tal o cual tarea que incluso no te compete, o bien ofreciéndote para resolver dudas de los compañeros, cuestiones pendientes, lo que sea. La felicidad en el trabajo se nota.
Pero, ¿es responsabilidad de la empresa fomentar esa felicidad?
Está claro que debe poner de su parte para que tú puedas desarrollar tu labor en las mejores condiciones posibles; que ir a trabajar no te suponga un infierno cada día ni tampoco sea lo más parecido a un dolor de muelas.
En definitiva, debe facilitar las herramientas para que puedas desarrollar todo tu potencial en el trabajo; para que seas todo lo creativo que puedas llegar a ser. Y eso implica potenciar un buen ambiente de trabajo, facilitar cualquier tarea con horarios flexibles y condiciones laborales adecuadas a la persona. Nada de asientos de la galera romana. Y escuchar. Escuchar al trabajador, cómo se siente, qué le gusta y qué no.
Por eso, es competencia de la empresa fomentar la motivación, convertir el día a día en una tarea agradable y no en el pasaje del terror. Pero fomentar la felicidad, no.
La felicidad es cosa de cada uno, competencia propia. Por mucho que la empresa ponga de su parte hay personas que nunca llegarán a ser felices. Lo sabes, ¿verdad? Lo decíamos al principio: depende de cada uno, de sus circunstancias. De ahí que no haya que buscar la felicidad en el trabajo, sino fuera.
La felicidad es nuestra, la tenemos que generar nosotros.
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