Cuando no todo el estrés es negativo

Que sepas que tener un poco de estrés es positivo. Un poco, ¿eh? No se trata de que andes al borde del infarto, sólo un poco. Lo asegura un estudio. ¿La razón? Que así se mantiene el cerebro alerta y mejoras tu rendimiento.

Sí, siempre se ha dicho que el estrés es nocivo para la salud, que por su culpa cualquier día vamos a acabar en el cementerio. El mismo en que el cavamos nuestra propia tumba cada vez que tenemos un día de trabajo intenso. El estrés es malo para la salud, en definitiva. Así había sido siempre…

Hasta que un reciente estudio de la Universidad de California-Berkeley ha concluido que un poco de estrés -tampoco es cuestión de pasarse, repetimos- es bueno para mantener útil el cerebro en todo momento.

¿Cómo han llegado a esta conclusión? De una manera muy curiosa: sometiendo a las células madre de unas ratas a periodos breves pero significativos de estrés o ‘estrés agudo’. Dicho cuadro se tradujo en la generación de nuevas células. Incluso semanas más tarde, tras la maduración de esas nuevas células, las ratas del estudio mejoraron su ritmo de aprendizaje y memoria.

En consecuencia, y siempre según los investigadores de la universidad norteamericana, un poco de estrés agudo ayuda a mantener el cerebro alerta y a mejorar su rendimiento.

Pero, ¿cómo se traslada esto al trabajo? Presionado a los empleados para que avancen en su trabajo y, a la vez, proporcionándoles vías de escape, según este artículo publicado en Fast Company; es decir, plazos cortos y asumibles dentro de los proyectos, pero permitiendo a los trabajadores establecer colaboraciones con otros compañeros de trabajo.

Como todo, todo esto hay que tomarlo con cautela y no probar a la de ya en la oficina. Porque ya se ha demostrado -como es evidente- que el exceso de estrés puede provocar ansiedad, angustia y frustración en el trabajador.

No en vano, el estrés hace que liberemos hormonas como la adrenalina y el cortisol. Si se mantiene el cuadro de estrés durante un largo periodo, las hormonas se mantienen en activo. Eso sí, en niveles poco saludables. Y el cuerpo lo termina pagando tarde o temprano. Nunca lo olvides.

Así que, con cautela.


FUENTE: Equipos y talento


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