Los sueños no sólo son sueños

Decía Calderón de la Barca que la vida era sueño y que los sueños, sueños son. Ocurre que, si nos lo proponemos, los sueños pueden convertirse en realidades y dejar de ser eso, simplemente sueños. Y no, no se trata de soñar, sino de marcarse metas para verlos materializados. Basta con proponérselo. Y es lo que ahora te queremos proponer.

Somos capaces de los sueños más hermosos y de las pesadillas más horrendas. Es algo que nos caracteriza como especie, protagonistas de lo mejor y de lo peor. De lo mejor, sin duda, es esa capacidad que tenemos de luchar por conseguir aquellas cosas que más deseamos, las que soñamos. ¿Cuántas veces no hemos soñado con algo, con alguien o con alguna cosa y no hemos parado hasta conseguir lo que soñamos o nos propusimos? 

¿Es la fuerza de los sueños? En absoluto. Es la prueba de que esos sueños están al alcance de nuestra mano para que podamos conseguirlos, para transformar en hechos esas imágenes y deseos que tenemos en nuestras cabezas. Eso sí, nada es barato ni sale gratis en esta vida, ni mucho menos esos sueños. Cuestan trabajo, mucho o poco, según la empresa de dicho sueño, pero su realización es una de las cosas que más satisfacciones nos produce.

¿Qué queremos decirte con todo esto? Lo que te propusimos en el titular del presente artículo, eso de que la vida es sueño, como bien decía Pedro Calderón de la Barca, pero que los sueños pueden ser algo más que eso y convertirse en el acicate que nos impulse a buscar nuevas metas, a ser nosotros mismos de verdad, sin límites, conquistando todo aquello que nos proponemos. Porque es bonito soñar, pero más hacerlo despiertos, con las ideas claras y la convicción de que esos sueños que tenemos pueden hacerse realidad con poner de nuestra parte lo que sea necesario. ¿Acaso no hay nada más bonito que luchar por lo que uno quiere y desea? Esos sueños, esas ensoñaciones en las que nos vemos en tal o cual lugar, haciendo esto o aquello, dejan de serlo cuando se conquistan. 

¿Por qué no luchas de verdad por conseguir tus sueños? Al menos, inténtalo. Nunca te quedes con ese regusto del «Y si…» que se les queda en el cuerpo a quienes no lo intentan.

Que los sueños, sueños son… Hasta que se hacen realidad.

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