Adoptar una postura de poder hace que nos sintamos poderosos

Sonreímos cuando sentimos alegría. La cuestión es si por el simple hecho de sonreír podemos producirnos un sentimiento de alegría. Existe una evidencia que corrobora esta idea: la propia sonrisa puede producir en sí misma que nos sintamos alegres al esgrimirla.

Amy Cuddy nos enseña en este TED un hecho muy similar: adoptar una posición de poder puede conseguir que nos sintamos poderosos. Es una buena noticia para lidiar en el entorno empresarial. En una negociación, por ejemplo.

Hasta ahora estábamos convencidos en una negociación de que el poder es algo que se otorga, no es necesario que se posea. Quiero decir que, si pensamos que alguien tiene poder sobre nosotros, aunque no haya evidencia objetiva de que eso es así, está en disposición de ejercerlo sobre nosotros. Esto ocurre entre amigos, dentro de la pareja, y en otros entornos donde no existe poder formal.

Durante muchos años se ha estudiado y hay suficiente evidencia del hecho de que adoptar una determinada postura, por ejemplo, elevar los brazos y colocar las manos en la nuca, “intimida” al contrario y nos otorga poder. De hecho, se enseña y entrena en las escuelas de formación de directivos, pero lo que Amy Cuddy introduce es distinto: no se trata de que el que adopta una posición de poder convence al otro de que lo tiene; lo que ella nos dice en este TED es que la propia persona que adopta esa postura se reviste de poder. Ella misma se siente más poderosa. Un efecto similar al que comentábamos al principio respecto de la sonrisa y la alegría. 

Nuestro comportamiento no verbal, por tanto, puede determinar cómo nos percibimos, y en función de eso elaboramos cómo nos sentimos. Sentirnos poderosos hace, de hecho, que seamos poderosos. No os perdáis su charla en este TED. ¡Brutal!



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