Píldora 37. Ejecutiva y madre: ¿merece la pena ser superwoman?
Madre trabajadora, con una carrera por delante y llena de responsabilidades; y madre cuidadora de los hijos, desviviéndose por ellos y guiando su educación. Mucha carga, ¿verdad? Ya no es una mujer, sino una Superwoman. Pero, ¿merece la pena serlo visto lo visto?
Estamos a final de año y toca hacer balance del que finaliza, pero en emotion nos hemos empeñado en echar la vista atrás, pero que muy atrás... Eso sí, antes de empezar, ¿te apetece echar un vistazo a las píldoras publicadas anteriormente?
La segunda mitad del siglo XX hizo posible la revolución de la mujer trabajadora. La mujer dejó de estar obligada a ser ama de casa exclusivamente y tuvo la posibilidad de elegir su vida. Pudimos ser madres, mujeres trabajadoras, mujeres de éxito…. Y el problema es que no quisimos renunciar a nada de todo esto. Desde nuestro punto de vista, el problema estuvo en el enfoque.
Nos engañamos, nos creímos que si éramos unas superwoman lo tendríamos todo. Solo teníamos que trabajar duro y hacerlo bien en todos los campos. Resultado: perfeccionismo asfixiante; en los 80 fuimos mujeres yuppie. ¿Se puede ser algo más agresivo para una mujer? Pero era lo que tocaba; y en los 90 fuimos madres, y entonces nos hicimos el lío: madres o yuppies (y que se me entienda yuppie, porque las mujeres que trabajaban en horario parcial o en puestos de baja responsabilidad no tenían estos problemas, pero las ejecutivas debían estar dedicadas en cuerpo y alma a la empresa. Y eso parecía incompatible con tener hijos).
¿Qué hacer? Pues ejercer un control total sobre el tiempo, sobre la vida de toda la familia, para intentar que todo cuadrara: nosotras trabajando sin horario, nuestros hijos atendidos por otras personas o por nosotras en la medida en la que podíamos, y nuestros maridos desarrollando su carrera profesional, cuya relación debíamos mantener saludable para que la pareja no se deteriorara. Además, nos autoimpusimos ser mujeres perfectas también en la parte física. En nuestro tiempo libre hacíamos dieta y acudíamos al gimnasio.
Un difícil equilibrio del que nadie se ocupaba, excepto nosotras. El resultado era, y aún es, el mismo: vivir a la carrera, sentir que no dedicas el tiempo suficiente a nada, e incluso la sensación de culpabilidad porque no te ocupas de ciertas áreas de tu vida que son clave como la educación de tus hijos. Las mujeres solemos ser proclives a sentirnos culpables, y en estos caldos de cultivo se fraguaron numerosos sentimientos de culpabilidad.
Acostumbradas a vivir de esa manera, nos acostumbramos a “controlarlo todo”. ¿Os suena? Me temo que desgraciadamente, sí. Controlarlo todo ha supuesto un esfuerzo sobrehumano para nosotras, y quizá no ha conseguido hacernos felices. Yo me pregunto ahora: ¿valía la pena ser una superwoman? Creo que muchas pensamos que no, pero la alternativa tampoco es válida: elegir entre ser madres o ser ejecutivas. Conciliar es muy interesante, pero no nos engañemos: eso no contribuye a nuestra promoción a puestos de responsabilidad, al menos en la mayor parte de las empresas. Entonces, ¿cuál es la solución?
Desde nuestro particular punto de vista, todo comienza por no renunciar a aspectos fundamentales en una mujer como ser madre, si es tu elección. Muchas mujeres no se sienten preparadas o dispuestas a llevar a cabo esta aventura. Pero si tú lo eliges, nunca renuncies, y menos por un trabajo. Cuando se tiene hijos su educación coincide con la época de mayor desarrollo profesional, y ahí está la mayor dificultad. Quizá la estrategia sea ser conscientes de que debemos vivir con calma y aportando valor.
Si les dedicamos a nuestros hijos dos horas diarias de nuestro tiempo, es interesante que sea un tiempo de valor, en el que les prestemos atención, juguemos con ellos o les escuchemos. En cuanto al trabajo, opinamos que elegir una ocupación que nos haga sentir placer va a contribuir no solo a nuestra felicidad, sino también a que seamos eficaces al máximo y aportemos valor, que es de lo que se trata, cambiando dedicación en tiempo con jornadas interminables por trabajo de calidad de máximo valor añadido.
Si quieres apuntarnos algo al respecto de esta píldora o de cualquiera de las ya publicadas, sólo tienes que contactar con nosotros.
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