La felicidad está en los pequeños detalles
Coches, grandes casas, dinero… Rostros iluminados, caras sonrientes, ojos abiertos… La imagen que se transmite a través de los medios y que muestra la felicidad en su grado máximo. Es lo que estamos acostumbrados a ver, ¿verdad?
Cuando la felicidad se puede encontrar en pequeños detalles. Y siempre está disponible; sólo hay que buscarla.
Concursos en televisión, reportajes, anuncios en prensa, reportajes en revista. “Tal vive sus días más felices”, “la felicidad colma a cuál”, “Menganito o menganita nunca había sido tan feliz como hasta ahora”. Felicidad. Así se usa, con esa ligereza. Una palabra que tiene tanto simbolismo y cargada de un inmenso significado es usada como si nada. La felicidad, nada menos. De esta manera se genera una imagen falsa y errónea de la felicidad. Esas imágenes, esas fotos, el dinero, la alegría, un coche, una casa… ¿Felicidad?
Te proponemos un simple ejercicio: echa la vista atrás y recuerda los momentos más felices que hayas vivido en el último año. Sólo te pedimos el último, nada más. Y ahora dinos en cuántos de ellos te viste rodeado de todo aquello que los medios tildan de momentos felices. ¿Dónde están el dinero, la riqueza, los bienes materiales? ¿De qué te acuerdas más? De una barbacoa en verano, de una copa de vino antes de comer o de unas cervezas un día cualquiera con tus amigos, de una sonrisa de tus hijos… Incluso de un amanecer o de un atardecer un día cualquiera y que te colmaron de felicidad sólo por verlos. Y seguro que habrá más.
¿Recuerdas el episodio de la magdalena de Proust? En uno de los pasajes de Por el camino de Swann, uno de los protagonistas de la novela de Marcel Proust moja una magdalena en el té, y ese simple acto le despierta una gran cantidad de recuerdos: era como la magdalena que le daba su tía los sábados por la mañana. La casa gris y su fachada, la ciudad, la plaza en la que jugaba… Los momentos de felicidad. Y bastó una magdalena para recrearlos
¿A dónde queremos llegar?, te estarás preguntando. A que la felicidad depende de pequeños instantes, de cosas pequeñas, y que no son necesarios grandes coches, ni apartamentos ni disfrutar de ingentes cantidades de dinero para que seas feliz. Por eso tienes la felicidad siempre a tu alcance, en sus dosis justas, para que puedas disfrutarla cuando quieras, cuando realmente la necesites; y así gozarla hasta el final porque nadie te impedirá disfrutar de ella.
2016 está ya a la vuelta de la esquina. Es una inmensa hoja en blanco que espera tu letra. Y espera que la rellenes con todos los momentos felices que puedas disfrutar. Que serán los que tú quieras vivir porque para ser feliz basta con desearlo. Nada más.
Sé feliz y disfruta de estas fiestas.
Y si tienes comentarnos cualquier cosa, ya sabes que puedes contactarnos en cualquier momento ;-)
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