¿Felicidad? Sí, pero con gratitud

La gratitud es una de nuestras mejores virtudes, y como tal aparece recogida en todos los libros sagrados que existen. La explicación es sencilla: es una de las vías más sencillas y asequibles que existen para alcanzar la felicidad.

Si alguien te pide un favor y se lo devuelves, los dos quedáis contentos: él, por el favor realizado y tú por haberle hecho feliz, lo que a su vez también se convierte en felicidad para ti. Y es que la felicidad es muy fácil de conseguir. En la píldora 16 ya tratamos este asunto, pero queremos volver a él porque creemos que es una de las maneras más rápidas de alcanzar ese estado de bienestar que nos hace ser felices.

Y debe ser importante cuando todos los libros sagrados –la Biblia, el Corán, distintos textos judíos y budistas- la mencionan como una de las virtudes más hermosas que poseemos. Porque, como se suele decir, de bien nacido es ser agradecido, o como reza el proverbio chino: “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”. Escrituras, pensamientos, ideas… Ya sean seres superiores, la misma naturaleza y a quienes te rodean, siempre hay algo que agradecer a alguien por lo recibido. Más aún, ya por el simple hecho de vivir debemos estar agradecidos, por poder levantarte cada día, con más o menos preocupaciones, mayores o menores problemas. Que sí, que vivir ya es un oficio y más en los tiempos que corren, pero también es un regalo. La sonrisa de un niño, un ramo de flores, un atardecer… Regalos que nos da la vida y que hemos de agradecer como lo que son, momentos para experimentar la felicidad, por largos o cortos que sean esos instantes.



Y si no, fíjate en lo que dejó escrito el monje católico benedictino David Steindl-Rast: “Cada momento es un momento dado, un regalo que no hemos ganado ni conseguido de ninguna manera, sino que se nos otorga. Además, tampoco nada ni nadie nos asegura que haya otro momento como ese”. El ahora, el instante actual, y el agradecimiento por lo vivido y recibido en ese preciso momento. Basta con un simple y sincero gracias que nos reconforte por lo recibido o lo que hayamos dado. En ese instante, la felicidad se hará presente y será un momento que nunca más se volverá a repetir; por eso es único, como toda felicidad que se experimente sea cuando sea.

Por eso es ahora, cuando cada uno va a lo suyo y los valores son pisoteados y ultrajados, cuando más importante es demostrar con sencillos gestos de agradecimiento lo importante que es lo que recibimos, se no da o damos a los demás. Son portadores de la felicidad, y eso es impagable.

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FUENTE: CNN en Español

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