Píldora 21: el dinero y la felicidad

El dinero da la felicidad. Lo has escuchado muchas veces, pero ¿es real la expresión? ¿Poseer más dinero es sinónimo de haber alcanzado la felicidad plena?

El mundo material nos proporciona placer inmediato, y en esa medida contribuye a nuestra felicidad. En cualquier caso, hay una serie de reflexiones relacionadas con el dinero que sería interesante examinar como elementos que intervienen o no en nuestra felicidad personal. Pero, antes, ¿te apetece tomar algunas de las píldoras que tienes disponibles en fechas anteriores. Puedes hacerlo aquí.

En ocasiones, el dinero deja de ser un medio. Todos entendemos el dinero como una manera de conseguir las cosas materiales que queremos, pero también sabemos que a veces lo que ambicionamos, no es tanto conseguir esas cosas materiales, como engordar la cuenta con todos los ceros de los que seamos capaces, entendiendo que eso nos hará sentir bien. Yo conozco personas que viven casi en la escasez para no gastar el dinero acumulado en el banco. En este caso una cuenta abultada es el objetivo. ¿Eso significa felicidad?

Quizá el caso descrito más arriba sea el resultado de la necesidad de seguridad. El dinero proporciona seguridad, pero llevado al extremo constituye un sentimiento de carencia, supone un prepararnos para los malos tiempos, enfocarnos en lo negativo que nos traerá el futuro. Yo no estoy muy segura de que en este caso nos haga felices.

Los logros profesionales nos proporcionan estima personal. Automáticamente, asociamos el triunfo profesional con los logros económicos entendiendo que tienen una traducción directa. Y finalmente confundimos estima o valía personal con dinero. El que gana más dinero es el que alcanza un mayor logro personal, y por tanto posee una gran valía profesional. Lo que ocurre es que no siempre esta relación es proporcional. La valía personal y profesional no correlaciona perfectamente con la cuenta bancaria. 

Por último, el dinero proporciona influencia y poder, esto es innegable. Ejercer poder sobre los demás puede aumentar nuestra autoestima, pero está lejos de proporcionar una felicidad profunda.

Numerosos estudios expresan la poca correlación entre la riqueza y la felicidad. Es decir, los ricos no son infelices, pero no son más felices que cualquiera que tiene razonablemente cubiertas sus necesidades. En ocasiones incluso ocurre todo lo contrario. Cuando hemos triunfado, cuando disponemos de mucho dinero, cuando hemos llegado arriba, nos sentimos vacíos, carecemos de retos estimulantes. Puede que incluso sintamos miedo de perder lo que tengamos y nuestra vida se haya complicado bastante. O también que las cosas no nos proporcionen placer porque tenemos todo lo que queremos al instante. Aunque no creo que podamos incluir al grueso de los desahogados económicamente en este saco, seguro que hay muchos que se sienten de esta manera.

Desde nuestro punto de vista, disfrutar de los placeres que proporciona el dinero es parte de un legítimo sentimiento de bienestar, pero no parece razonable entenderlo como causa exclusiva e incluso factor importante para proporcionarnos la felicidad. 

Te proponemos un ejercicio:

-Haz una lista con todas las cosas que te hacen feliz.

-Después extrae cinco cosas de la lista que puedes hacer cada semana para sentirte mejor.

-Calcula ahora el dinero que cuesta hacer estas cosas que has elegido.

¿Te das cuenta de que esas cinco cosas que hacen que te sientas bien suelen costar tiempo y no dinero? 

De lo que se deduce que el bienestar personal está en realidad al alcance de tus posibilidades y que, aunque el dinero puede ofrecernos comodidad, la felicidad no gira a su alrededor.

Si quieres más información al respecto de esta píldora o de cualquier otra, puedes ponerte contacto con nosotros en el correo info@emotionhr.com.

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